—¿Está diciendo que el Grupo LMH me ha invitado a un banquete? —preguntó Peter, sin poder creerlo del todo.

—Sí, señor Scott.

La emoción de Peter era evidente.

—¡Eso es fantástico! Mi familia y yo estaremos allí.

Tras colgar, la tristeza que arrastraba desapareció por completo. La emoción de saber que el Grupo LMH se había fijado en él lo llenaba de esperanza.

Quizás querían invertir en su empresa.

Conseguir una inversión de ellos sería justo lo que necesitaba para salvar su compañía.

Incluso podría callar de una vez la molesta actitud de Bianca.

Peter, de buen ánimo, condujo su Benz con entusiasmo.

Alrededor del mediodía, mientras Bianca se preparaba para salir a almorzar, notó que Reese seguía concentrada en su trabajo.

Bianca se acercó a ella con una sonrisa y preguntó:

—¿Tomaste la medicina que te di? ¿Cómo te sientes? ¿Tuviste algún efecto secundario?

Reese, al notar su presencia, dejó de trabajar y se puso de pie.

—Sí, la tomé según lo planeado y no he tenido ningún