Zabdiel, suspiró antes de tomar el teléfono y llevárselo al oído.
-Presidente, LeBlanc- dijo a forma de saludo. -Majestad, es un enorme placer saludarle.-Lo mismo digo, he querido comunicarme con usted, sin embargo, he tenido múltiples ocupaciones que han requerido mi absoluta atención- se excusó. -Eso imaginé, Excelencia. Pierda cuidado. Es grato para mi comunicarle que Italia, esta inmensamente feliz de hacer negocios con nosotros- se escuchaba orgulloso y seguramente lo estaba, ante su logro. -Esa es una magnifica noticia- dijo El Jeque, sonriendo. -Lo es- asegura- quizas, pronto debamos viajar a Roma, para asi cerrar los acuerdos. -Por mi no hay problemas, acordemos la fecha y allí estaré-aseguro. -Bien... Majestad- parecía incómodo y Zabdiel, supo el motivo- mi llamada también responde a la necesidad de saber si El Príncipe, tiene una respuesta.