BRENDA
CAPÍTULO 15
Había regresado a mi puesto de trabajo después de acomodar mejor la falda, a medida en que iba avanzando, no pasaba desapercibido los ojos curiosos que se posaban sobre mi. Algunos eran de sorpresa, mal genio o hasta de necesidad, necesidad de no dejar de ver mis piernas, para expresarme en términos menos vulgares como: me miran como depravados.
—Brenda, el Señor Valente acaba de irse, pero dejó bien en claro que debemos de continuar con nuestro trabajo. —anunció Thania.
—Vale.
—Oye... —me miró de pies a cabeza, cosa que me incomodó e intenté bajar el borde de la falda en vano. —Te queda muy bien la falda, aún no entiendo por qué no utilizas una de esas. —frunció su ceño con duda.
Porque no quiero exhibir. Claro, no estoy diciendo de qué las otras chicas, incluyendo a Thania, lo hagan, sino que... a ellas les queda bien y no se sienten fuera de lugar.
—Me siento extraña con esto... —comenté tomando asiento.
—¿Extraña?, ¿por qué?, la verdad es que se te ve mejo