Las damas de la casa junto a Lord Greenwood se habían acomodado en el balcón para degustar una taza de té, crema de leche y sándwiches de pepino en rodajas finas con jamón; también habían mandado a colocar una bandeja de pisos con algunas galletas junto a panecillos con mantequilla y mermelada. Lady Jazmines tomó un sorbo de su té mientras contemplaba a su nuera, notó que la dama estaba incómoda, incluso molesta, Lady Jazmines sabía el porqué de aquella actitud de Liza.
—Querida nuera, te siento muy callada esta tarde ¿Sucede algo? —inquirió lady Jazmines con una sonrisa en sus labios. Gerald dejó de leer los papeles que sostenía y contempló a las dos mujeres, sabía que aquello era una antesala a un enfrentamiento, su madre era una mujer muy inteligente y sumamente perspicaz, y su esposa no se quedaba atrás, era dominante y de temperamento volátil.
—Querida suegra, como siempre usted tan observadora —respondió Liza colocando su taza de té sobre la mesa y tomó una bocanada de aire par