ÁLEXANDRE: SU VERDADERA CARA

MIRIAM

Después de haber recordado aquel horrible día en que desperté en la habitación de una clínica, y cuando pudieron estabilizarme, lo que sucedió cuando me negaba a la realidad de lo que había hecho, como ya saben acepté acudir a recibir las terapias con un psiquiatra, puesto que debía trabajar la culpa por mi primer homicidio, y cuando al final entendí que era así, cuando acepté que si no lo hubiese hecho de esa manera, los que estuviéramos muertos ahora seríamos nosotros, traté, aún sigo tratando de luchar contra ese sentimiento por qué a pesar de todo no dejo de sentirme así como una asesina.

Pensar cada vez en ese fatal episodio de mi vida, no puedo evitar que se me venga a la mente mis amores, es que la verdad no logro comprender cómo mi Papirrico y Julia son capaces de aparentar que el tener las manos manchadas de sangre, sea por la razón que sea, no los afecte así como a mi, yo no puedo creerme que eso no les afecta, lo que yo creo es que aprend