¿Qué se suponía que hiciera?
Kali solo se quedó allí, pestañeando aturdida mientras Elliot tragaba en seco e intentaba controlarse. ¿Cómo que quería besarla…? Kali sintió que las piernas se le aflojaban, a diferencia de Elliot, ella no había tenido la oportunidad de olvidar absolutamente nada de la noche que habían pasado juntos, pero ahora parecía que a Elliot le estaba llegando de golpe todo lo que a ella le había tomado casi dos meses digerir.
—Creo q-que mejor m-me voy… —murmuró mientras retrocedía hacia la puerta, pero tuvo que morderse los labios para aguantarse la sonrisa y Elliot se dio cuenta.
—¡Oye! ¿Cómo te puedes reír…? ¡Maldita loca! —gruñó cuando la vio cerrar la puerta muerta de risa y se echó a reír también—. &iex