Mundo ficciónIniciar sesiónLo que parece una eternidad transcurre y finalmente, cuando el bullicio de la gente que usa los baños cesa, salgo con cautela del cubículo y doy gracias al Todopoderoso al ver el espacio vacío.
Me acerco al lavamanos, dejo el bolso sobre él y me lavo las manos, mientras mi mente repasa la conversación entre las mujeres.
Me estremezco al pensar en las manos de otra mujer sobre el cuerpo de William. Me llena de unos celos tan intensos que siento que podría arrancarme la piel.
La inquietud que siento me hace cuestionarme todo sobre quién soy. Qué somos. En qué nos hemos convertido.
No somos pareja; es más, ni siquiera somos amigos. Soy su secretaria, nada más, pero ¿por qué siento que lo somos?
Y necesito recordar mi gran razón de ser. Por qué trabajo para él.
Es temporal.
Estar con él o acercarme a él es inapropi







