—Cariño, ¿Cómo estás? — Luciana envolvió a Milen en un fuerte abrazo — Me dijo Noah que te pusiste mal.
— Creo que estaba en shock— respondió sin ánimo y con la culpa carcomiendo las entrañas.
— Todos estamos, ha sido un gran susto; pero ya pasó, él estará bien — dijo optimista su madre.
— ¿Lo has visto? — quiso saber Milen ella aún no juntaba el valor para hacerlo.
— Solo un momento, sigue sedado y no quise molestarlo. El doctor dijo que se debió a una descompensación por estrés y mala alimentación — Noah sí que sabía cómo cubrirse las espaldas a su amigo y en este caso a ella también — Ese muchacho me va a escuchar, mira que darnos estos sustos, solo por su adicción al trabajo, por lo menos debe alimentarse bien.
— Es mi culpa Luciana — sollozo Milenka, no podía permitir que una vez Itzam pagará los platos rostros por sus acciones cuestionables.
— ¡qué dices!, claro que no, sé lo terco que es Itzam y además no es un niño pequeño al que se tenga que vigilar para que cumpla sus debere