Llega la policía, toca la puerta, pide bajar el sonido, el dueño de la casa abre la puerta, sonríe, mira al policía en la puerta, se gira y baja el sonido, pregunta si es lo suficientemente bajo.
El policía le da las gracias y se va.Esto sucede varios días.
La impresión es que al hombre que abre la puerta le gusta la idea de que la policía le llame la atención.Poco sLa casa gris, la casa del terror.