C45-LA MUJER DE SU ALFA.
C45-LA MUJER DE SU ALFA.
El amanecer se filtraba por las cortinas, la habitación olía a sudor, a sexo y a lobo satisfecho. Gideon abrió los ojos con el peso cálido de Elizabeth encajada contra su pecho. Sus labios rozaron su cabello y sonrió al inhalar ese aroma mezclado con el suyo. Recordó cómo durante la noche la había reclamado una y otra vez, hasta que su cuerpo y el de su lobo quedaron saciados, sin dejar lugar a dudas de a quién pertenecía.
Unos golpes secos en la puerta interrumpieron la paz. Gruñó bajo, instintivo, y se incorporó con cuidado para no despertarla. La observó dormir, frágil y hermosa, con marcas de su piel sobre la de ella.
Se puso una bata a medio cerrar y abrió la puerta de golpe. Zander estaba allí, con los brazos cruzados, y apenas entró el aire de la habitación, frunció el rostro en una mueca exagerada.
—Por la luna… —bufó, tapándose la nariz—. ¿Cogiste o fundaste una maldita orgía?
Gideon lo fulminó con la mirada, pero su hermano siguió.
—Qué con