El gran Alfa abrazó por unos momentos a sus hijos, después levantó la mirada para dirigirse al Alfa Franco
— ¡Da gracias a la diosa que mis cachorros están presentes, ellos son pequeños aún y hay cosas que no deben ver todavía, pero eso no significa que te voy a permitir ver o estar cerca de mi luna, está es la última vez que te lo advierto, lárgate de mi territorio, no tienes nada que hacer aquí!
— ¡No me voy a ir, esperaré hasta que la misma Isabella, te pida verme!
— Vamos, Franco, este no es momento para que molestemos al Alfa Salvatore — el beta Rogelio, intervino, cada vez se convencía más que debían estar en el territorio de la manada Luna de Plata
En esos momentos llegaba un lobo alto y musculoso, se trataba del Delta Dracko Luan, él ya había llevado a cabo la etapa más importante del plan
— Alfa, estoy aquí para darle mi informe de la misión que se me encomendó
— Adelante, acompáñame a la cafetería, sirve que alimento a mis cachorros
El Alfa pidió dos caldos de pollo