Estoy pegada a su pecho, y siento su agitada respiración. Tengo que hacerlo confiar. Comprendo lo difícil que es confiar en alguien y más difícil aún confiar en ti mismo.
—Tendré que demostrarte que estás equivocado entonces— me mira confundido y me separo de él hasta quedar de frente—. Déjame hacerlo
Tomo la orilla de su camisa y comienzo a deslizarla hacia arriba, puedo notar sus músculos tensos. Termino de sacarla de su cuerpo y me detengo a mirarlo.
Efectivamente, él tiene injertos de piel en su torso, comienzan en su ombligo y van hacia arriba hasta llegar a su pecho en el lado izquierdo.
Mis ojos se abren como platos, debió haber sido una quemadur