Al día siguiente llegué temprano a la empresa, pero en vez de ir a la oficina de Domenic fui a la de Darcy.
— ¡Buenos días! — Lo saludé.
Darcy me quedo mirando.
— Si tienes alguna curiosidad más sobre la vida de Domenic, lamento decirte que no puedo ayudarte — Me dijo.
Yo me acerque a él y después me senté en la silla que estaba frente a su escritorio.
— Ya no quiero saber más nada de Domenic, él tiene a una linda prometida que se encargará de averiguar todas las cosas turbias de su vida — Le dije.
Y por alguna extraña razón esas palabras me supieron amargas.
— ¿Que te hizo? — Me preguntó.
— Nada — Le contesté.
— ¿Como sabes que la prometida de Domenic es linda? — Me preguntó curioso.
Yo me recliné adelante.
— Domenic tenia una foto de ella en su coche, cuando la tomé en mis manos para verla él se puso histérico — Le dije.
— No te lo puedo creer — Me contestó.
— ¡Te lo juro! — Le dije.
— No puedo creer que Domenic haya tenido una foto de su prometida, Domenic no es de esos — Me contó.