Marcus llegó muy tarde a su casa, como de costumbre Margaret le esperaba, lo primero que notó fue que llegaba muy tomado, no estaba completamente ebrio, pero sí en la angosta línea que separaba la sobriedad y la ebriedad.
-¿Dónde has estado Marcus?, mira nada más las condiciones en las que llegas.
-¿Qué dónde estaba? – preguntó él.
-Sí.
-Pues... ¿dónde más?, celebrando a nuestro segundo hijo. . . - dijo con sarcasmo mientras lloraba.
-Pues no pareces muy feliz – le aseguró ella mirándole fijamente.
-Deja de criticarme – le gritó – es mi problema de dónde vengo, con quien estaba, y si estoy feliz o no, ese es mi asunto no el tuyo.
Margaret guardo silencio, <<ella jamás le preguntó con quién estaba>>, lo que le permitía especular que había estado con aquella amante misteriosa, seguramente le había dado ya la noticia del bebé. . . ¿cómo lo había tomado ella?.
-Lo siento cariño, solo quise saber. . .
-Ese es p