Caminó hasta llegar a casa del detective, observó que había un coche estacionado, era el auto de Saúl. Entró a la vivienda, al ingresar a la sala se consiguió con que el colgaba su móvil, al mirarla dejó escapas un suspiro de alivio.
-¡Señorita Castillo!
-Detective.
-¿Dónde ha estado?, tengo a toda la división de homicidio buscándola.
-Lo siento, necesitaba salir.
-¿Necesitaba salir?, ¿Acaso no entendió cuando dije que está en peligro de muerte y que no debía salir de la casa?
-Si lo entendí pero necesitaba salir.
-¡Maldición! – gimió de frustración tomó su móvil y marcó un numero luego esperó- Rubén llama a todas las patrullas, la señorita Castillo apareció, gracias.- se giró nuevamente hacia ella- ¿Dónde estaba?
-Qué le importa, ¿quién se cree? – gritó.
-Me creo el responsable de su vida, sólo eso – respondió en voz autoritaria y ella comenzó a llorar.
-Lo siento. . . fui a ver a Marcus.
-¿Cómo? ¿Por qué hizo eso, n