—No, y como no puede morir, al menos ese golpe lo dejará inconsciente por unos minutos y roguemos al rey que pierda la memoria nuevamente.
Niego mi cabeza ante la suposición de ella, vuelvo a girarme y ya casi estoy llegando al suelo, pero por instinto uso mis alas y evito impactarme en él. Subo y doy unas cuantas vueltas disfrutando de las maravillas de volar, como si fuera mi primera vez.
A lo lejos veo al demonio que Debon quiere que asesina y sin pensarlo voy tras él, este lucha conmigo en el aire, pero soy más fuerte, lo agarro del cuello y lo llevo hacia la cueva, aterrizando frente a Debon y su molesta hermana, los tengo frente a mí y él mostraba emoción, mientras que Margaret no creía que lo haría.
—Mátalo —me ordena Debon.
—A él nadie le dice que hacer, solo su rey, a menos que… —interrumpo al demonio clavando mis dientes en su cuello.
Eso también fue por instinto, su sangre era más deliciosa y me hizo sentir más fuerte, me bebí toda su sangre hasta que su piel cálida cambiar