Solo veo como la cabaña explota en miles de pedazos y tengo que correr como nunca en mi puta vida lo había hecho.
Golpeado, despeinado, mi camisa y pantalón de diseñador están arruinados, lleno de sangre, de mi sangre y de otros tipos que golpee y me golpearon como nunca en mi vida, no disparé el arma, no tuve el valor de asesinar a otro ser humano a diferencia de Alessia y acompañantes, quienes sin temor o piedad disparaban a matar, disparos certeros en la cabeza o corazón, golpeaban sin piedad y es que la cabaña estaba llena de criminales, y no, no me cagué, pero estoy de rodillas temblando, la adrenalina se ha ido de mi sistema y ahora tiemblo como un condenado chihuahua.
Una cabaña de dos pisos con un sótano era donde tenían a Cinthya.
Lo último que escuché fue al alemán gritar «Idara perdió la cordura de nuevo, corran