“Aunque la luz brilla sobre las cosas impuras, no se contamina”.
Agustín
Recuerdo mi primer beso… contaba con trece años, el chico tenía dieciséis, mi cuerpo parecía de quince, así que pude engañarlo con suma facilidad.
¿Que sentí esa primera vez? Primero, un sabor que me pareció extraño, el rose de labios, el toque de lenguas, ese cosquilleo en el estómago y mientras se intensificaba, una punzada en la parte baja del vientre. Me sentía agitada y un hormigueo en todo el cuerpo. Estaba excitada y como algo obvio el chico también. Él quería más, yo había visto porno por un tiempo, me gustaba experimentar. Su cuerpo se pegó más al mío, apretando su miembro… sí, quería más… pero yo no, al menos no así, no en ese momento.
¿Adónde quiero llegar con eso?
En el momento en que Dante, se atrevió a besarme, estoy aquí como si fuese la primera vez… solo que ahora soy una adulta experta, que corresponde a eso. No trata de tocarme de manera invasiva, acaricia mi rostro y mi cuello, no nos hemos sepa