“Hay luz y alegría, pero también hay oscuridad a nuestro alrededor y podemos perdernos en ella”.

David Almond

Me levante por la mañana justo después de que el grandulón se levantara, y lo primeo que dice fue llamar a mi psicólogo, Ernesto Simons.

—Dante, estaba en mi cama — Me encojo de hombros mientras mi cara refleja un poco de vergüenza al ver la sonrisa plasmada lleva de satisfacción, sé que no se burla de lo sucedido sino, de mi rostro color carmesí. Al salir huyendo de mi habitación y llamarlo tan de mañana para esto.

—Deja eso de una buena vez —me quejo ante su comentario.

—No lo niegas —sonríe satisfecho—, te dije que los cambios te harían bien, incluso te veo diferente, ahora quiero me cuentes ese sueño que te tiene tan desconcertada.

—Si dejas de burlarte de mí, entonces fingiré que no dijiste nada que me haya molestado.

—Te conozco y lejos de estar molesta, logré divisar leve sonrojo.

—Voy a desconectar el wifi, y no te volveré a hablar más nunca.

—Es lo que quiero —sonríe c