Paso mis manos por mi barriga mientras las lágrimas se escapan de mis ojos, no he querido molestar o hacer menos a Damon en ningún momento, es solo que el hecho de que mis padres se enteren que voy a tener a un bebé a ésta edad y en ésta situación me provoca muchos nervios.
–¿Cómo está mi bebé? –le pregunto a la enfermera una vez que termina de checarme, ella sonríe abiertamente y pone el estetoscopio en mi barriga riéndose una vez más.
–¿Te duele el estómago? –pregunta sin mirarme, es como si mi bebe le estuviera contando chistes y ella se riera de ello
–Si, y siento pequeñas pataditas también –me quejo.
–Es porque tu hijo tiene hipo –
–¿Qué? –pregunto sorprendida, cómo es eso siquiera posible?
–Sucede en algunas ocasiones y es un poco molesto para las madres, no es nada grave se pasará en unos minutos –Asiento aliviada y ella se despide diciendo que volverá luego para otra revisión
–¿Puedo tener helado? –le pregunto cual niña pequeña antes de que salga.
–¿Antojo? –me pregunta