Después de que la familia Castro visitó la casa de Rosalía, el ambiente en la casa se volvió un poco asfixiante.
Estrella se levantó temprano hoy, saludó a todos y luego subió a descansar.
Rosalía llamó a Claus y le dijo: —Claus, mira a Estrella, es tan triste hoy. Siempre debes tratarla muy bien, y en un futuro nunca llegar a lastimarla
Claus escuchó las palabras de Rosalía y frunció el ceño con gran enojo. —Abuela, Estrella tiene un fuerte sentido de la dignidad, deberías saberlo. Lo que ella quiere no es nuestra compasión, sino nuestro amor. Incluso si Estrella no viniera a nuestra casa, podría vivir muy bien por sí misma. No deberías decir estas cosas todo el tiempo. Sé que lo haces por su bien, pero a veces estas palabras también afectan su autoestima.
Rosalía pensó por un momento y parecía que Claus tenía toda la razón. Se quedó pensativa por un momento antes de decir: —Claus, tú conoces bien los pensamientos de Estrella. A partir de ahora, la abuela no dirá nada más para ev