Martha fue a buscar una bolsa grande y empezó a despejar cada foto, ella estaba triste, lo único que deseaba es que Edgar fuera feliz, lo había cuidado desde pequeño, el perder a sus padres lo marcó y cuando conoció a Delia, él volvió a renacer.
Era un hombre feliz y cariñoso, nunca se imaginó que él hiciera esto, engañar a su esposa, ella sabía perfectamente que la amaba mucho, hasta llegar al punto de obligarla a estar con él, pensó que con el tiempo las cosas se arreglarían entre ellos, pero nunca se imaginó tal escena.
Edgar llegó a la oficina, Ramon lo seguía, una de las secretarías entró detrás de los dos hombres. “Señor, le llegó este sobre”.
Edgar se sentó en la silla y cansado se rasco los ojos. “Déjalo en el escritorio”.
Ella entendió que el jefe no estaba de humor y salió.
Ramon observó el sobre y leyó de dónde venía. “Señor, es del juzgado de lo familiar”.
Edgar vio el sobre y lo tomó abriéndolo. Saco los papeles leyendo el título. -Demanda de divorcio-
Edgar no pod