—Todo este tiempo estuviste aquí ¿Quién cuidó de ti?
—No lo diré, tortúrenme o mátenme si les apetece pero no lo haré.
Admito mi culpa —escuchó decir con una frialdad que helaba los huesos a su hermana—, yo contribuí con el laboratorio nazi, soy enfermera y ayudé a crear a más de ustedes, pero sobre todo niños para la F.D.C.
No se hizo esperar el gruñido a coros de los cambiaformas en especial de ese macho que la había llamado suya.
Este se acercó sin que nadie lo detuviera y la tomó por los brazos mirándola furioso.
Callista horrorizada trató de apartarlo de su hermana pero no dio un paso cuando Valerian la sujetó.
— ¡¿Por qué mientes, maldita sea Valentina?! —Gruñó—, ¡Di la verdad!
—No miento —soltó ella hastiada—, y no vuelvas a tocarme, bestia.
Valentina alzó la cabeza altiva fulminándolo con la mirada.
Callista por otro lado se congeló en su sitio, nunca había visto a su hermana actuar de esa manera.
— ¿No has escuchado? Suéltame o no diré nada más.
—Blaze —advirtió Danger.
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