~~ CAPÍTULO 10 ~~LUCCA ROCCOEstaba inquieto, mirando fijamente a mi hermana, imaginando cómo le retorcería la lengua y la obligaría a decir la verdad. Por mucho que la interrogara, la respuesta siempre era la misma. Salió de Perth en el restaurante hace dos días y no vio nada inusual. Solo recibió una llamada urgente.La dejé en mi casa, durmiendo en mi cama. Cuando volví, no estaba, ni en su casa ni en el restaurante. Durante dos días nadie supo de ella, durante dos días nadie vio nada inusual, y las calles estaban muy tranquilas. Si hubiera un cadáver, lo sabría.— No seas hijo de puta y deja de mirarme como si quisieras matarme, maldito perro.— No me provoques, maldita sea.Dos simples palabras que contenían amenazas inapropiadas. Es mi hermana, la quiero muchísimo, maldita sea, pero hoy no es un buen día para que juegue con mi paciencia. — Puedes ver la grabación, digo la verdad, pregúntales a quienes me acompañaron.— Ese no es el punto, desapareció. Nadie desaparece del mapa.
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