12. El verdadero Peter
AmberEl motor del coche rugió cuando Peter pisó el acelerador. Me encogí contra la puerta, sintiendo el olor a whisky en su aliento; debía haber bebido después de mi "desaparición". Mis manos temblaban tanto que las apreté entre mis rodillas, intentando disimular.Las luces de la ciudad pasaban como borrones por la ventana mientras él conducía en silencio. Siempre era así antes de sus explosiones: primero, el silencio sofocante, y luego..."¿Dónde estabas?" Su voz cortó el aire, baja y controlada. Peligrosa."Ya te dije," tragué saliva, rezando en silencio para que Leonardo hubiera pensado en todo, "estaba en la enfermería. Puedes verificarlo si quieres, yo..."El coche frenó bruscamente en el semáforo, lanzándome hacia adelante. Peter se giró hacia mí, sus ojos brillando de una manera que conocía demasiado bien."¿De verdad," alcanzó mi rostro, sus dedos apretando mi mentón con fuerza, "crees que soy idiota?""Peter, me estás lastimando," intenté soltarme, pero él solo apretó más."
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