—No se preocupe, su hija está bien —dijo la doctora, rascándose la cabeza con incomodidad, sintiéndose culpable por haberse concentrado tanto en la cirugía anterior.—¿Ah, está bien? Gracias a Dios —Harrison respiró aliviado, con lágrimas asomando en sus ojos.La tensión en los labios de Dominic se
Ler mais