Fue un toque delicado, suave. La yema de sus dedos recorriendo la curva de su hombro, hacia su cuello, hasta llegar a su rostro. Alicia sintió un escalofrío recorrer su espalda, una mezcla de deseo y vulnerabilidad que la hizo cerrarse a sí misma, pero, al mismo tiempo, la invitó a acercarse más. En
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