Punto de vista Maximiliano Los días fueron pasando, y con estos, la desoladora perdida de la esperanza de que Madison se comunicara conmigo, ¡Maldita sea! Que mujer tan obstinada y rebelde, ¿Por qué no lograba perdonarme? Sabiendo que soy un ser humano que pude cometer errores al igual que ella o que cualquier persona.¡Estaba embarazada! ¿Cómo permitir que anduviera por las calles sin protección? ¡Irresponsable!Ya había confirmado por otras fuentes que efectivamente Samantha estaba viva, que andaba rondando por los siete mares, haciendo de las suyas, buscando la forma de volver a llenar sus arcas, y por supuesto, llegar más poderosa a buscarme.Era tan predecible, que yo ya estaba preparado para todo eso. Si ella venía, le daría la mejor de las bienvenidas, además, yo estaba protegido hasta el culo.Esa mañana, sabiendo que Madison no me llamaría, y que mi matrimonio se había ido al carajo, me fui directo a la bodega en donde tenía al imbécil de Manuel, él tenía sí o sí que d

Punto de vista Maximiliano Encendí in cigarrillo y comencé a quemarle partes de su cuerpo a Manuel, era increíble como el puto de mi sobrino resistía tanto, al verlo, su dolor era innegable, pero lo merecía, por haber sido tan malo con Madison , conmigo, mi familia, y ser un imbécil que no tomó buenas decisiones, hasta por haber secuestrado a mi padre.—Entonces ¿No vas a decirme en donde está Samantha ?Manuel escupió y negó con la cabeza—No, ya mátame, Maximiliano, mátame de una buena vez, porque no te diré absolutamente nada, además, para este tiempo, Samantha debe estar muy cerca de tu casa, con las intenciones de llevarse su hija, porque es hija de Samantha , no tuya mafioso de mierda.—¿Mafioso de mierda yo? Mafioso de mierda tú. —le di una patada en el estómago, le quite las esposas que lo tenían colgando de las cadenas sujetas en el techo y lo deje caer.—Maldito insensato, como nos hubiéramos ahorrado todo esto sin tan solo hablaras, ¿Te enamoraste de la perra italiana?

Punto de vista Maximiliano Madison entró a la mansión después de la inesperada visita de mi padre, al verme, se sorprendió.—Mi amor, acabé de ver salir a tu papá de la mansión, quise acercarme a saludarlo, pero no me dio buena cara, solamente levantó su mano y subió las cejas ¿Pasó algo?A Madison definitivamente no podía mentirle.—Preciosa, pensé por un momento que la desaparición de Manuel pasaría por alto en la casa de los Ferrer, pero por el contrario, allí aparentemente están angustiados, resulta que el imbécil resultó ser “un buen hijo”Madison palideció, y siguió derecho a la sala de estar.—Yo te lo advertí Maximiliano, ahora estás en problemas con tu padre, en realidad tu hermana y tu sobrina no son problema, pero Christopher sí. ¿Y si te denuncia?Nunca pensé en la parte legal, ¿Y si mi padre me denunciaba? Eso si fuese grave.—¿Denunciarme? No creo que sea capaz de hacerlo—Él no, pero tu hermana si, y tu sobrina, ¡maldita sea Maximiliano! ¿Qué vamos a hacer? —Madi

Punto de vista Maximiliano—¡DEVUELVEME A MI HIJA CARINIO! —volvió a gritar la zorraLa mire fijamente a los ojos, estaba tan diferente que era casi irreconocible, pero esa mirada penetrante llena de maldad era fácil de distinguir para mí, nunca podría olvidar esos ojos que me hicieron tanto daño.De su imponente y marcada figura, no quedaba absolutamente nada, solamente el reflejo de lo que la vida estaba maltratando a Samantha , pues en su mano izquierda, llevaba un bastón sosteniendo su caminar.—¡Maldita perra! —le apunté directo al pecho, cuando lo hice, sus hombres alzaron las armas y apuntaron directamente al auto, mis hombres también alzaron las suyas.Estaba a punto de desatarse un caos total, ella comenzó a caminar lentamente hacia mí, podía escuchar como sus pasos estaban más cerca y no pude negar que sentí un terrible escalofrío recorrer mi ser.Samantha estaba llena de odio, su rostro lo único que expresaba era los deseos inmensos de destruirme y llevarse todo a su paso

Punto de vista Madison Tres semanas, tres largas semanas en los que se fue de mi vida, que no he sentido su olor, en los que no sé de su presencia, en los que siento que mis huesos duelen cada día más, no sé si es producto de la enfermedad, o del simple dolor que me causa no tener a Maximiliano en mi vida.Es la tercera vez que vomito, todo a mi alrededor esta nublado, y solamente tengo unos inmensos deseos de morir, de irme de este mundo y no sentir el dolor de su partida, el dolor que me causo por irse.¡¿Por qué Maximiliano?! ¡¿Por qué?! Sí es que lo prometiste, prometiste que cuidarías de mi para siempre y no me dejarías sola.Me senté a llorar como por decima vez al lado del váter del baño, no recordaba la última vez que tomé una ducha, y sentía que mi corazón se detenía poco a poco.—Madison ¿Estás bien? — la voz de Meganal otro lado de la puerta me sacó de mis pensamientos.—Sí, si estoy bien ¿Qué haces levantada? Estás en cuarentena, te puedes enfermar.—Madison , no puedo s