—¿Lana, has visto las noticias? —Le pregunta Rebeca, a su hija, que parece cada vez más triste y deprimida. —No, ¿por qué mama? —Responde mientras, lava unos cuantos platos sucios en la cocina. —Acaban de anunciar, que tu suegra ha muerto. Se escucha el sonido de la loza romperse contra el piso, mientras las manos de Lana tiemblan por la impresión. Su madre corre a levantar los trozos del plato en el piso. —Está bien cariño, yo te ayudo. Tú ve a sentarte. —Le indica muy arrepentida de haberle dado la noticia de forma tan cruda, y en su estado. —¿Cómo puede ser? No es posible... —Camina, mecánicamente hacia la puerta, toma su abrigo del perchero, e intenta salir, pero su madre, se topa con su hermano, que va llegando, y su madre corre a atajarla. —¿A dónde vas Lana? —Le pregunta Alfonso que parecía cansado y deprimido. —Vuelvo en un rato... —Lana Thomas, ni se te ocurra. —Le grita Rebeca, que conoce perfectamente las intenciones de su hija. Se gira y observa
Leer más