C151- ¿PENSABAS QUE TENÍAS UNA OPORTUNIDAD?—¿Qué dijiste? —Oh, ¿no te lo contó? —Dorian fingió sorpresa, disfrutando cada palabra—. Es un acuerdo político, claro. Pero su reino depende de eso.Por dentro, algo en Axel se quebró y lo soltó sin fuerza, dando un paso atrás. Intentó mantenerse erguido, impasible, pero su mirada perdió foco. No debía dolerle... y sin embargo dolía. Le dolía a él, y más aún a su lobo, que se agitaba furioso bajo su piel.Dorian lo observó con una media sonrisa.—Pensabas que tenías una oportunidad, ¿eh? —se burló, riendo con suavidad—. Esa belleza ya tiene dueño... y no es cualquiera, es el hijo de un poderoso alfa.Los puños de Axel se cerraron tan fuerte que sus nudillos se tensaron hasta ponerse blancos, pero no dijo nada. Ni una palabra. Solo lo miró, helado, mientras el vampiro se daba media vuelta y se alejaba. Y cuando quedó solo, alzó la vista hacia la nada. Era un imbécil. ¿Qué demonios había estado pensando? No tenía derecho a sentir nada p

C153- ES HORA.Los griffins tocaron tierra entre un torbellino de polvo y alas batientes, agitados, nerviosos, con las plumas erizadas por el olor a magia podrida que emanaba del Bastión de la Penumbra. Aquello no era solo un castillo; era una herida abierta en la tierra. De sus muros negros goteaba una niebla densa, y el aire olía a hierro, a muerte, a antiguas promesas rotas.Axel saltó del lomo del griffin, apretando los puños para contener la tensión que le recorría el cuerpo. No quería mirar a Arianne, pero podía sentirla detrás de él, moviéndose con esa calma tensa que lo desesperaba y cada paso que daba, cada movimiento, parecía recordarle el contacto del vuelo.Arianne, por su parte, evitó siquiera rozarlo al bajar.Tenía la mirada fría, concentrada. Pero por dentro, el recuerdo del calor de su espalda aún la perseguía. La incomodidad entre ambos era palpable, pero al mismo tiempo había un hilo invisible que los unía y los repelía al mismo tiempo.Rowan los observó unos segun

C155-ENAMORARSE DE LA PERSONA EQUIVOCADA.Cuando se separaron, respiraban agitados. Sus frentes quedaron juntas, los labios rojos por el fuego que sentían el uno hacia el otro y también la mirada perdida entre el asombro y la necesidad.Arianne fue la primera en moverse y lo miró con el pulso ardiendo.—No te atrevas a decir que fue un error —siseó, firme, como una amenaza—. Porque lo querías tanto como yo.Axel la observó, mudo, no podía decir palabra. Primero porque se estaba recuperando del mejor beso de su vida y segundo, porque su corazón golpeaba con tanta fuerza que le costaba respirar.No podía pensar, no podía moverse. Solo verla. Solo quererla.Entonces Blaze rió en su mente.—Hermano... estás acabado.Pero antes de que pudiera responder, Rowan ordenó:—¡Vamos! Tenemos que movernos antes de que manden refuerzos.Axel retrocedió un paso, aún aturdido, y Arianne se giró, recogió su espada sin mirarlo, y se marchó tras Rowan.Axel se quedó un instante más en silencio, con la

C157- LOS FINALES NO SIEMPRE SON FELICES.Axel la miró, el temblor en sus manos apenas contenido y el olor le golpeó como una ola, su garganta ardió, su cuerpo le pedía rendirse, pero lo único que sintió fue rabia.Entonces Blaze rugió dentro de su mente.—¡No! ¡No la mires! ¡Mátala, ahora! ¡Lo sé! —¡Entonces hazlo!Lilith inclinó la cabeza. —Piénsalo, Axel. Te ofrezco poder, claridad… la sangre que calma tu hambre. —Sonrió, cruel—. Y si lo haces… puedo darte algo más.—¿Qué? —preguntó Rowan, su voz cargada de odio.—Amor —Lilith sonrió hacia él, los colmillos reluciendo—. Si te pones de mi lado, no volverás a sentir hambre nunca más y ella... —su mirada se dirigió a Arianne— será tuya, como tu corazón desea.El rostro de Axel se endureció y Arianne lo miró, buscando respuesta, asustada.Lilith insistió un poco más. —Vamos, lobo. Tu Alfa morirá, tú vivirás, y tu Princesa... —su sonrisa se volvió venenosa— será tuya…Axel bajó la mirada, el aire pesaba, al igual que la culpa. Y enton

C159- TE HUBIERA AMADO BIEN.—Aguanta —suplicó ella—. Por favor, Axel, aguanta.Él tosió, manchando de rojo sus labios.—Lo... siento.—No hables —dijo ella con el pecho contraído de dolor—. Te pondrás bien.Axel sonrió débilmente.—Eres... mala... mintiendo… princesa.La sangre negra se extendía por el suelo y Arianne entró en desesperación.—¡Rowan! ¡Se está muriendo!Pero Rowan y Valerius seguían enfrascados en su duelo mortal. El vampiro era rápido, pero Rowan tenía la fuerza de la desesperación. Sin embargo, el vampiro logró acorralar a Rowan contra una pared y su espada se acercó peligrosamente a la garganta del alfa.—Voy a matarte lentamente —siseó Valerius—. Y luego iré por tu hijo.Algo cambió en los ojos de Rowan. Un fuego ancestral, la furia primigenia de los lobos y con un rugido empujó a Valerius. Y Cassian viendo a su hijo en peligro y, olvidando a Axel por un momento, corrió hacia ellos, padre e hijo, espalda con espalda, enfrentaron al último general de Lilith.Valeri