Capítulo 31. Una madrugada tormentosa.Él detuvo su avance, observándola en silencio. Lo que vio en sus ojos lo desarmó por un segundo: no era burla, ni desafío… era algo que él no estaba listo para admitir.-- Mañana sellaré el contrato más importante de mi vida – le dijo finalmente, su tono firme otra vez.-- Y lo haré porque esta noche tú lograste lo que yo solo no habría conseguido –Ella arqueó las cejas, sorprendida por la afirmación.-- ¿Me estás dando las gracias? – le preguntó y nuevamente se arrepintió. Él rio, seco.-- No pienses de más. Es una advertencia. No te equivoques, Emilia... – pronunció ese nombre con lentitud, probando el efecto que tenía en ella. -- Brillaste demasiado esta noche. Y si vuelves a hacerlo, más de uno querrá arrancarte de mi lado –El silencio volvió a caer entre ellos, tan denso que parecía cortar la respiración.Y, por primera vez en mucho tiempo, Emiliano del Valle no sabía ahora si lo que más deseaba era vengarse de ella, protegerla o quizás..

Capítulo 33. El arma secreta de la señora Del Valle...La reunión comenzó con discursos formales. El señor Arlington explico con claridad los objetivos de la sociedad. El doctor Kruger detalló cifras y proyecciones, y Emiliano escuchaba con atención, respondiendo con la seguridad de quien había construido un imperio desde cero.Eso sin mencionar que el comentario de su esposa sobre los productos que su empresa fabricaba eran de una excelente calidad.Mariana permanecía a su lado, en silencio, pero cada tanto asentía, sonreía o intercambiaba unas palabras cortas con las esposas que se encontraban presentes.Su sola presencia suavizaba la atmósfera, generando una simpatía espontánea que Emilia jamás habría conseguido con la sonrisa hipócrita y ese aire de superioridad que siempre mostraba en el exterior... ni siquiera Emiliano con sus excelentes estadísticas ni promesas hubiera logrado lo que ella, Mariana, estaba consiguiendo.De vez en cuando la mirada de Emiliano se podaba en su espo

Capítulo 35. La Firma de FuegoRenato Ferrini, impecablemente vestido en su traje azul noche, se levantó incomodo al ver la situación. Caminó sereno hasta el lugar donde Mariana conversaba con las esposas sin dejar de observar la mano que Emiliano había puesto sobre la cintura de su esposa...Se inclinó hacia ella con esa cortesía europea que rozaba la intimidad sin siquiera tocarla.-- Me pregunto, señora Del Valle, si ha considerado que su propuesta podría convertirse en un negocio paralelo –Mariana lo miró con serenidad.-- ¿Lo dice por los productos? – Renato sonrió, mostrando la seguridad de quien está acostumbrado a ser escuchado-- Exactamente – le respondió. – Me imagino desde ya una línea especial para el mercado europeo... adaptada, exclusiva. Algo que lleve su sello, no solo el de Del Valle Group, algo que las mujeres como ustedes... – y señalo al ramillete que estaba rodeando a la joven.-- deseen –Las esposas estallaron en exclamaciones favorables. “¡Maravilloso!”,“¡