TODOS LOS BESOS DE TU BOCA. CAPÍTULO 32. De regreso a casa
TODOS LOS BESOS DE TU BOCA. CAPÍTULO 32. De regreso a casaEl vuelo de regreso fue largo, pero la sensación de alivio era tan grande que el cansancio se volvió casi dulce. Cuando el avión aterrizó y por fin llegaron a la casa de Rebecca, Carlota salió corriendo apenas los vio. El grito que soltó al ver a Henry fue una mezcla de llanto y euforia.—¡Dios mío, Henry! —chilló, aferrándose a su hijo con una fuerza que ni ella sabía que tenía—. ¡Pensé que no volvería a verte nunca!Henry la abrazó, risueño, tratando de que no se desmayara.—Tranquila, mamá, no me rompas las costillas que ya casi me las congelo allá arriba. ¡Y no quiero que te me infartes de nuevo, vamos con calma!Carlota sollozaba contra su hombro, y Curtis, que observaba la escena desde la entrada, se acercó con un gesto que mezclaba cariño y fingida severidad.—Bueno, muchacho, supongo que estás perdonado en un… digamos, veinticinco por ciento —dijo, levantando una ceja y Henry se echó a reír.—¿Solo un veinticinco? Sabe
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