KATE CONNOR. ꘎♡━━━━━━━♡꘎ No he vuelto a saber de él, no me ha vuelto a contactar y ya he perdido la cuenta de las veces que he mirado el móvil, como si con con eso deseara lo suficiente que fuera a aparecer algo; un mensaje, una llamada, algo, cualquier señal de vida, pero nada. Suspiro derrotada, odiando esa actitud tan impropia de mí. Ya parezco una adeolescente tonta enamorada, colgada por alguien más. — Kate — su voz rompe el silencio como una hoja de cristal. No sé qué es lo que quiere y tampoco necesito saberlo, solo espero que no tenga que quedarse mucho tiempo aquí. — Ignorarme no hará que mi presencia en este lugar sea menos real — dice con esa calma irritante que siempre la acompaña. Ruedo los ojos cayendo en cuenta de que lastimosamente, tiene toda la puta razón — Quisiera saber lo tan mal que tu padre y yo hicimos contigo y tú hermano, que ahora nuestro legado pende de un hilo por culpa de Aarón y su maldito capricho con aquella Omega — se cruza de brazos — Y ni h

VIOLET SWAN. OREGÓN-PORTLAND. ꘎♡━━━━━━━♡꘎ Mi primer día aquí se siente como un sueño hecho realidad. Desde muy pequeña, siempre he sentido una conexión especial con la fotografía; era mi forma de entender el mundo a través del lente, atrapando momentos que de otro modo no se perderían. Ahora, puedo vivir de lo que amo, convertirme en esa fotógrafa que tanto admiraba desde lejos, me llena de ilusión y también de muchos nervios. Es como si estuviera caminando por una cuerda tensa entre el entusiasmo y la incertidumbre. El centro comercial no está muy lejos del campus, queda justo camino a la casa. Aarón, insistió en que comprara todo lo necesario para este nuevo comienzo. En este momento, lo que más necesito es un rico rollo de canela y una taza de café humeante. La verdad es que me sorprendió lo inmenso que es este lugar. Hasta ahora, solo conocía las calles tranquilas de Grayville, allí todo era monótono, pequeño y controlado, en Red Moon, l

Afortunadamente, Violet está bien. Solo unos golpes superficiales y una costilla lastimada. Nada grave, pero si algo le hubiera pasado. — En este momento no sé qué sería de mí si algo te hubiera pasado. Quizás ya no sería yo, quizás sería un asesino.— Aarón, no digas tonterías — musita con voz adormilada. Creía que estaba dormida, pero al parecer no lo esta — No me gusta cuando dices esas cosas tan agresivas. Además, lo que pasó no es culpa de nadie, solo fue un accidente.La miro en silencio. No quiero asustarla con mis pensamientos, por ahora es mejor dejar las cosas así. No quiero hacerla sentir mal, ni mucho menos preocuparla por algo que ya no tiene remedio.— Está bien, Violet — murmuro, suavizando la voz solo para ella — Ahora lo único importante es que descanses, pastelito.Busca mi mano entre las sábanas y yo correspondo, entrelazando nuestros dedos. Es increíble cómo puede hacerme sentir tan grande y tan pequeño al mismo tiem

VIOLET SWAN. OREGÓN-PORTLAND. ꘎♡━━━━━━━♡꘎ Han pasado dos meses desde que estoy aquí. Lentamente mis temores han ido mermando, aunque ocasionalmente tengo aún esos sueños vividos que afortunadamente ya son menos frecuentes. El otoño se aproxima tiñendo los árboles del campus de sus característicos naranjas y rojos. Mi cuerpo está completamente libre de los efectos del implante supresor que estaba en mi brazo, mis sentidos han regresado casi por completo y es eso lo que posiblemente ha alimentado mi confianza.Camino tranquilamente por el sendero principal del campus, disfrutando del crujir de las hojas secas bajo mis pies y del viento fresco que trae consigo el aroma característico del otoño. — ¡Hey Violet! — me giro sobre mis pasos al escuchar que llaman por mi nombre. La voz llega desde unos veinte metros de distancia y no necesito ver a los protagonistas para saber quiénes son. Tara y Eagan vienen corriendo hacia mí por el sendero del

AARÓN CONNOR. OREGÓN-PORTLAND. ꘎♡━━━━━━━♡꘎ Mis manos se aprietan con fuerza sobre el volante dejando que mis nudillos se pongan blancos por la fuerza que ejerzo, mientras avanzo por la carretera oscura y las luces del tablero iluminan el interior. El silencio dentro es pesado, cargado de lo que no puedo decir con palabras, de lo que ella tampoco logra decir y solo se escucha el ruido ensordecedor del motor. Se escucha el crujido del pavimento bajo las llantas, el viento soplando con la ventana semiabierta y la veo de reojo imaginandola con aquel imbécil a quién mi primer pensamiento fué acabar con ese maldito desgraciado. Nadie en este jodido mundo toca lo que es mío, lo que me pertenece y hasta ahora no sé ni cómo he podido lograr controlarme, con las ansias que tenía de despedazarlo. Desde que la llame supe de inmediato que algo no andaba bien y con solo escuchar su forma de hablar, la manera en cómo se sentía su respiración sabía que me