JOHN - Dios santo, ¡te ves absolutamente hermosa, cariño! Scarlett ya estaba lista para la cena, el vestido le quedaba como un guante, y el color resaltaba sus ojos y el tono de su piel. Se hizo un moño alto con algunos mechones sueltos a propósito, acompañado de unos pendientes de plata. Como le había prometido, me puse la corbata que me había regalado, sobre una camisa blanca y mi traje azul marino. - Tengo algo para tí. Saqué una caja cuadrada de joyeria, la abrí y se quedó sin palabras. - John, es hermoso, pero. . . es demasiado, ya me regalaste el vestido y los zapatos. - Considerlo un préstamo. Era una gargantilla exquisita, de oro blanco, hecha con el diseño de pequeñas hojas y un diamante en el centro. - Ves - dije señalando su reflejo - queda de maravilla con el vestido. - En préstamo. - Claro. SCARLETT - Respira cariño, te estás poniendo del color de tu vestido - me dijo, no me habia dado cuenta de que estaba conteniendo la respiración. - Lo siento es que.

SCARLETT '¡Maldición, maldición, maldición!' Me decía mientras golpeaba mi cabeza contra el cabecero de la cama. Cerré los ojos y mis lágrimas rodaron por mis mejillas, no quería terminar con John, pero tenía razon, no había medias tintas, o me quedaba con él o nos separabamos, además él no merecía estar con alguien tan dañada como yo, alguien marcada por un pasado traumático, que nunca lo habia superado. Me decía a mi misma que si lo amaba, lo mejor era alejarme de él y permitirle encontrar a alguien más para fuera feliz. Quería convencerme de eso, aunque por dentro estaba destrozada. Hubiera querido que esta noche terminara de forma distinta, tal vez habia exagerado mi enfado por lo que pasó, porque al final, se disculpó por su comportamiento y le creí su arrepentimiento. Me levanté de la cama y limpié mi rostro, salí con cuidado de la habitación y abrí la puerta de su recámara, algo de luz se filtraba por las persianas entreabiertas de su ventana, lo que me dejaba ve

JOHN Escuché su voz mientras ella hablaba con mi madre, no quería que me viera así, tan débil y vulnerable, además me sentía tan cansado, le habia dicho al doctor que queria una terapia más agresiva y eso estaba pasando factura en mi cuerpo. Mi madre entró y trató de hablar conmigo. - Scarlett está aquí, vino a verte. -¡De ninguna manera, madre! ¡No la quiero aquí, dile que se vaya! - Pero cariño, ella vino aquí por ti. - ¡¿Tú le dijiste?! Me prometiste que no lo harías. - Claro que no. - Entonces fue Giselle. Esa mocosa iba a escucharme. -¿Señora Anderson?- dijo junto a la puerta. - Dime Scar. - Creo que esto fue una mala idea, lamento haberlos molestado. - Espera, por lo menos pasa a verlo. ¿Que pretendía mi madre? Ella entró pero yo no la miré. Su aroma me envolvió y solo podía pensar en las noches que pasamos haciendo el amor. - Hola John. - ¿Qué haces aquí Scarlett? - Solo quiero ayudar. Entonces la miré, se veia demasiado pálida y con

SCARLETT Un par de meses después yo seguía en casa de John, su madre iba y venia porqué su padre se recuperaba de la caida, debia ir porqué ya iban a quitarle la bota, y necesitaba apoyo para caminar. La salud de John no parecía mejorar, cada dia lo veia más pálido y más delgado, porqué se negaba a comer. - Por favor John, necesitas comer, lo preparé muy saludable, pero sabe bien. - ¡No lo quiero, no insistas! - ¿Cómo vas a recuperarte si no tienes fuerza? ¡Eres tan obstinado! por lo menos bebe el jugo - le ofrecí - está delicioso. - ¡Te dije que no quiero! - gritó lanzando el vaso, rompiéndose contra el piso y manchando la alfombra de color amarillo. Me levanté y sali corriendo de ahí. Me encerré en el baño del pasillo, me deslicé al piso y lloré, saqué toda mi frustración y todo mi enojo en ese momento. - Scar - escuché su voz a través de la puerta - lo siento, lo siento en verdad, yo. . . es que yo, no puedo. . . - dijo en un susurro. Salí del baño, sentía mis

JOHN El doctor Stein no dejaba de llamarme, ya me habia saltado tres sesiones de quimio, pero le habia dicho a mi madre y a Scarlett que me habia dado un descanso, porque yo quería estar fuerte para el nacimiento del bebé, que seria dentro de un par de meses, no le iba a dejar esa responsabilidad solo a mi madre y a Scar. -*John, no puedes solo suspender la terapia, puede avanzar, y tenemos la opción de utilizar las células del cordón de tu bebé. - No lo entiende doctor, no puedo simplemente. . . es mi hijo también y tendré que ayudar a mi esposa con el. - Es tu decisión John, pero si avanza, no sé si tendremos tiempo de actuar* Sabía a lo que me estaba arriesgado, y además ya estaba cansado de sentirme mal todo el tiempo y de ser una carga para mi madre. Pasó un mes más, yo estaba suficientemente fuerte y listo para lo que viniera. - Scar, voy a ir a comprar la cena ¿quieres algo en especial? - Algo del restaurante italiano qué te gusta. - Hecho - me acerqué y besé su fren