POV: DAIMONNoté que sus labios vacilaron por un breve segundo antes de que llenara los pulmones de aire y alzara el mentón afilado en desafío, mirándome con esa audacia grabada en la mirada.— Si son tus enemigos, serán los míos también. — declaró con firmeza, y el sonido de esas palabras encendió algo en mi pecho. Un ronroneo ronco y feroz escapó de la garganta de mi lobo, aprobando con un gruñido bajo y posesivo. Mi mandíbula se tensó con la intensidad del impulso de atraerla de nuevo hacia mí, de marcar cada centímetro de esa piel que ahora me pertenecía. La forma en que hablaba, tan atrevida, tan segura, despertaba en mí el deseo crudo de tomarla otra vez, ahí mismo. No tenía idea de lo que provocaba. Mis ojos se posaron en los suyos, en ese tono miel que ahora brillaba con una su

POV: DAIMON“Entonces deberías haber guardado a tu amiguito en los pantalones.” Fenrir rio, sarcástico, y fue imposible no lanzar una mirada hacia abajo. No estaba equivocada. Solo de pensar en esa pequeña conejita atrevida, desafiante y deliciosa, mi cuerpo reaccionaba como si aún me estuviera provocando allí mismo. La sangre hervía en mis venas. La piel se erizaba. El miembro palpitaba duro, latiendo con necesidad. El lobo rugía dentro de mí, queriendo abrirse camino de nuevo hasta ella, sujetar su cintura, morder su cuello y hacerla recordar lo que significaba pertenecer. “Medias verdades, medias emociones, joven Alfa.” Su tono era burlón, pero cargaba la ferocidad de quien no acepta mitades. — Yo no miento. — respondí entre dientes, gruñendo. Fijé la

POV: AIRYS— Cuidado, Daimon. — Alcé los ojos, perdida en la intensidad de aquellas palabras. Sus ojos, tonos terrosos y hambrientos, me miraban como si ya le perteneciera. — Para siempre es demasiado tiempo para comprometerse con una humana desconocida. — No eres una desconocida. — Replicó, la voz ronca, grave y al mismo tiempo suave. Sus colmillos rozaron mi piel expuesta, enviando una ola de escalofríos por mi espalda. — Eres mi Luna. Su mano subió por debajo de mi camisa, los dedos cálidos y firmes acariciando mi espalda con lentitud. Mi cuerpo cedió. Estaba blanda, rendida, completamente dominada por él. Solté un suspiro alto, giré el rostro hacia un lado, ofreciéndole más de mi piel. Su boca ascendió, soltando gruñidos bajos mientras me marcaba con el roce de sus labios y el calor de su aliento. Un estre

POV: AIRYS— Imagino que el Consejo esté reunido con los otros Alfas. — comentó él, sin suavidad, con desgano. — En realidad, señor… — Symon se rascó la cabeza, visiblemente incómodo. — Están todos aquí en la ciudad. Los conduje al salón central de juicios. También llevé al prisionero capturado en la montaña para el interrogatorio. — Lobos sin compañeras… el hambre se acumula. — gruñó Daimon con desprecio, y su voz cargaba una fiereza que me hizo reír, escondiendo el rostro en su pecho. El Beta fingió no escuchar, manteniendo los ojos fijos en el suelo. — Daimon, están intentando eliminar esta generación de lobos. — Hablé, tocando su torso con una de mis manos, sintiendo los músculos rígidos bajo