-¿Dime, tienes sueño? – No, para nada, sabes que me encanta hablar contigo de lo que sea y hoy necesitaba que me escucharas.Bien, ahora necesito que tú me escuches a mí.Cuando mis padres fallecen, yo quedé perdida en el mundo, ha sido lo más difícil por lo que he tenido que pasar, solo era una niña de diez años, finalizando la primaria, en la época en donde más vulnerables somos.Don Raúl, fue quien llegó a casa, donde estaba con mi nana, la echó de la casa y me llevó a mi ese mismo día para su casa, yo me sentía como un perrito, nadie me decía nada, recuerdo que ese día, me dejaron en una sala sola, mientras don Raúl y su esposa entraron a la oficina, estuvieron ahí por horas, cuando salieron, don Raúl me dijo que mis padres habían muerto en un accidente y que no me podía quedar con ellos, que me iba a buscar algún familiar que quisiera hacerse cargo de mi, por mi madre, sabía que no había ningún familiar cercano con quien me pudiese quedar, pero que podía hacer, era muy pequeña y

Caminábamos al salón de clase cuando recibí un mensaje, pensé que podía se Pablo, con una sonrisa miré el móvil, sonrisa que se apagó casi de inmediato cuando leí de un número desconocido un mensaje en whatsapp “cuídate de mi maldita perra, me la vas a pagar”, y una foto de Pablo y yo besándonos, cerré la aplicación y caminé al salón, mis amigas iban un poco adelante convenciendo a Yanis de que le diera una oportunidad a Kike y él suplicando por una salida.Cuando estaba en clase, me llegó una imagen de Pablo con una fotografía y una frase que decía, “dile a este tipo que si te vuelve a abrazar, le sacaré los ojos” y un sticker con los ojos en blanco y uno de risas, de manera inmediata, le envié un mensaje a Pablo, “hola otra vez, es Kike, mi amigo, no te he hablado de él, pero es mi mejor amigo, lo adoro, créeme, no hay de qué preocuparse, si él está interesado en alguien, es en Yanis” y un sticker de besos, cuando estuve en el hospital, a él no le permitieron entrar, pero siempre es

Esa noche Patri y yo nos quedamos viendo películas de terror hasta tarde, lo que nunca hacemos, porque las dos somos unas miedosas, pero por jugar de valientes, lo hicimos, a las horas de la noche, tipo once y treinta, Ponky le ladraba a la puerta, como si estuviera alguien detrás, en el pasillo que da al elevador, me puse mis pantuflas, y me disponía a salir a ver qué era lo que sucedía, porqué el cachorro estaba tan inquieto, pero Patricia no me dejó, dijo que si estaba loca, que no sabía que había al otro lado, que mejor nos lleváramos a Ponky al cuarto y que hiciéramos silencio, que no la pusiera más nerviosa de lo que ya estaba, ella era demasiado intuitiva, seguramente por lo que había pasado en la Universidad con el mensaje y por las películas de terror que vimos, estábamos un poco o muy nerviosas.Miré por la ventana de la habitación y todo se veía en absoluta calma, más de lo normal, no había muchos autos en el estacionamiento, ya era tarde, así que el silencio era abrumador,

Pablo se disculpó y fue al estudio, dejo que debía hacer unas llamadas y que después pasaría para hablar un poco sobre lo debíamos hacer referente a mis trabajos, que él entendía que eran mis responsabilidades, pero que viendo las cosas como estaban, era mejor hablar al instituto y con los estudiantes de nuevo ingreso para atrasar un poco mas todo.En ese momento me escribieron las chicas al grupo, le mostré a Pablo el teléfono y él salió de la habitación lanzándome un beso, les conté a las chicas lo que estaba sucediendo, ellas aplaudieron que me hubiera ido a casa de Pablo, solo Patricia sabia como estaban las cosas hasta ese momento, Yanis y Mili se espantaron con lo que había sucedido.-Si no estás cómoda en casa de Pablo (por el tema de mi virginidad lo decían ellas) te vienes para mi casa dijo Mili, o para la mia dijo Yanis, sabes que de sobra que eres bienvenida, yo se lo dije, que podía venir a mi casa, mis padres no preguntarían y estarían encantados de tenerla acá dijo Patri

Subí al auto, tenía un mensaje de Pablo que decía, “?estas bien, tardas mucho?”, -“Si amor, ya voy a casa, no te preocupes, voy con Neil, Joel tuvo algo que hacer ” le respondí de inmediato.-Señorita Melina, puede confiar en mí, créame, estoy acá para cuidarle, me dijo Neil mirándome por el retrovisor con su cara dura y una mirada penetrante cual general del ejército, sentí un poco de pena, porque yo estaba desconfiando de él hacía un momento y creo que se dio cuenta de todo, que no necesitaba ir al tocador, sino que necesitaba ir a hablar por teléfono con Joel para estar segura de que podía confiar en este buen hombre.-Gracias Neil, sí, yo sé que puedo confiar en ti, solamente que nunca he estado en una situación así y no sé en quien confiar ni en quien no puedo hacerlo, espero me comprenda, Pablo me dijo que Joel era su hombre de confianza y dadas las circunstancias, creo que estoy más alterada que nunca.-No se preocupe señorita Melina, no es la primera vez que hago un trabajo co