Punto de vista de AlaricVeo a Lavinia y a las demás brujas marcharse mientras yo me quedo de pie, boquiabierta ante mi propia estupidez. Los miembros de la manada que asistieron comienzan a marcharse también, dejándonos a mí, a Quentin, a Carl y a Vicky. «¿Matrimonio? ¿En qué estaba pensando?».Si trataba de poner un poco de espacio entre Raven y yo, acabo de fracasar épicamente. He aceptado que ella es mi pareja, pero todavía estaba tratando de averiguar cómo podíamos hacer que funcionara sin molestar a todo el mundo. Y admito que mi respuesta inmediata tras recuperarme de mi enfermedad fue precipitada y un poco injusta. Debería haberle dado tiempo para explicarse. Después de que Quentin me contara lo sucedido y lo que le dijo Raven, me sentí mal por cómo reaccioné. Sin embargo, aún quería tener tiempo para resolver las cosas en mi cabeza antes de disculparme con ella. De alguna manera, sabía que estaría a salvo con Evanora, así que intentaba darnos tiempo a los dos para pr

Con un movimiento de muñeca, mi blusa está arreglada y mis pantalones vuelven a estar en su sitio. Me precipito hacia la puerta y la abro de golpe para recibir a mi enemiga con el pelo revuelto y los labios hinchados recién besados. Vicky da un paso atrás, sorprendida, observando mi aspecto y el desastre que no he limpiado a propósito. Le sonrío con una dulzura enfermiza. —¿Puedo ayudarte, Vicky? Estamos un poco ocupados en este momento. La planificación de la boda y todo eso —digo.Su cara se contorsiona en una expresión de enfado y psicótica y apenas tengo tiempo de apartarme cuando se lanza hacia mí. —¡Puta! Lo has embrujado con tu magia maligna y no lo voy a tolerar —grita con un gruñido y vuelve a abalanzarse sobre mí.Todo mi cuerpo siente un cosquilleo de electricidad y me alegro de que me haya dado un motivo para usar por fin mi magia con ella. Murmuro una frase y le lanzo una ráfaga de viento tan grande que la golpea contra la pared. Se cae al suelo y queda momentáne

A la mañana siguiente me encuentro con que los planes de boda están en marcha. El sitio de al lado estaba vacío cuando me desperté, así que me duché rápidamente y me cambié para buscar a mi futuro marido. Carl me recibe en la puerta y me conduce escaleras abajo hacia el caos. Enseguida me bombardea una mujer bajita y regordeta de unos cuarenta años con el pelo castaño rojizo. —¡La novia está aquí! Perfecto, ahora podemos hacer que se adapte a su vestido de novia. Puede que tengamos que hacer arreglos y, por supuesto, necesito saber quién será tu dama de honor... —declara. La robusta mujer sigue hablando, pero empiezo a ignorarla. Un dolor agudo me golpea el pecho. «Rowena habría sido mi dama de honor».Me sacan de mis pensamientos depresivos cuando la mujer me agarra de la mano y me arrastra hasta la formal sala delantera, que está vacía. Agradezco el silencio, pero anhelo la soledad, no a esta mujer que no conozco y que me molesta. —Lo siento, ¿quién es usted? —pregunto, in

Punto de vista de Alaric Esa fue simultáneamente la peor y la mejor idea que he tenido. Ahora, aunque el consejo prohíba el matrimonio, es demasiado tarde para que rechacen a Raven como mi pareja. La he marcado, ya no hay vuelta atrás. Pensar en lo que acabo de hacer hace que la sangre fluya instantáneamente hacia mi ingle. No tengo idea de cómo voy a mantener mis manos lejos de ella hasta la boda. Solo es un día más, técnicamente, pero van a ser las 24 horas más largas de mi vida. Por fin es mía. Nada ni nadie nos separará. Ahora tengo que pensar en cómo dar la noticia a los miembros del consejo con suavidad. Me dirijo a mi oficina para tomar un trago fuerte y tal vez liberarme un poco de la presión. Mientras me abro paso entre la multitud de gente que prepara las cosas para la boda, me acuerdo de avisar a Maryann de la cena de mañana por la noche. Me sorprende poder recordar cualquier cosa en este momento, excepto la forma en que Raven miró cuando hundí mis dientes

Tengo que reconocer que cerrarle la puerta a Rick fue lo más difícil que he tenido que hacer. Pero si no me hubiera detenido anoche, habría ido demasiado lejos y me habría arrepentido. Hay algo romántico y significativo en el hecho de esperar hasta que estemos casados para consumar nuestra relación y por fin siento que mi destino es mío en cierto modo. El sol de la mañana brilla con fuerza a través de mi ventana mientras me tumbo en la cama y me estiro, deseando deleitarme con un tiempo de reflexión sin interrupciones. Hoy me he levantado contenta, a pesar de que la pena y los sentimientos de inquietud han estado presentes en mi periferia durante los últimos días. Me hubiera gustado estar presente en la ceremonia final de Rowena, pero no quería causar ningún drama a Moira mientras se despedía. Todavía no estoy segura de que vaya a aparecer mañana, basándome en nuestra última conversación y sé que me dolerá mucho que no esté allí. Lo entenderé y no la culparé, pero su ausencia est