“Alejandro”Estaba hecho un manojo de nervios. Aún no he recibido los resultados de las pruebas, pero ya estoy seguro de que el hijo de Ana Carolina no es mío. Sólo quería los resultados inmediatos para acabar con ese circo.El teléfono de mi escritorio sonó y cuando contesté, Samantha dijo que había alguien en la recepción que quería verme. Era sólo Liz. ¿Pero qué hacía ella aquí? Le dije a Samantha que podía dejarme entrar, pero que me encontraría con ella en la sala de reuniones.Cuando Sam me dijo que había llegado, terminé el correo electrónico que estaba escribiendo para enviar a un cliente y salí de mi oficina. Cuando llegué a recepción Liz simplemente saltó sobre mi cuello y me besó.- ¡Excelente! ¿Ahora la perra va a frecuentar la empresa? – dijo Patrício, que salía de su habitación.- ¡Buenas tardes para ti también, tonto! – respondió Liz.Suspiré y me giré para mirar los ascensores y fue solo entonces que vi a Catarina parada con Rick, quien estaba sacudiendo la cabeza haci

“Alejandro”Llegué temprano a la empresa. Tenía muchas ganas de hablar con Catarina, explicarle la situación y pedirle perdón por millonésima vez en los últimos días. Cuando Patrício llegó y me vio sentada allí en la recepción me tiró un balde de agua fría.-Puedes ir a tu habitación. Ella no vendrá hoy. Le di el día libre, se lo merece y lo necesita. Y le prometí a las chicas que no irías tras ella hoy. – Patricio hablaba en serio.- ¡Qué carajo, Patrick! – Resoplé como un adolescente gruñón. – Tomemos un café.Cuando llegamos a la cocina, la señora Margarida, Rick y Sam estaban hablando en voz baja y guardaron silencio cuando entramos. Hablamos un rato y luego Patrício, Rick y yo fuimos a mi oficina.-Entonces, Ricardo, ¿qué sabes tú que yo no? –dije presionándolo.-No sé de qué estás hablando. – dijo Rick.- ¡Ah, ya sabes! ¡Sí, lo sabes! –dije caminando hacia él. –¿Qué pasa con Catarina? ¿Por qué eres mucho más protector con ella, como si quisieras defenderla de todo? ¿Por qué está

“Alejandro”Cuando regresé a mi habitación estaba hirviendo de rabia. Le contamos a Rick todo lo que Jaqueline nos había contado en el café.- Ahora, Rick, quiero que comuniques oficialmente a todos nuestros socios comerciales, clientes, proveedores y todos los lugares que frecuentamos que Celeste ya no es parte de nuestra empresa. Y comunicarle que ella esta traficando con información de negocios y tiene contactos en todos ellos y que para no perder nuestra sociedad quiero que investiguen. – Le di las instrucciones a Rick quien empezó a actuar inmediatamente.- Dios mío, esto es como un cáncer que se está extendiendo por todas partes. – Patricio estaba tan sorprendido como yo.- Ah, y llama al Club Social y diles que quiero que Leila salga a la calle hoy. -Ya terminé.- Alessandro, cuando salías con esa puta de Liz, ella y Celeste se llevaban muy bien, ¿verdad? –preguntó Rick.- Sí, entonces Celeste dijo que estaba decepcionada de Liz, que no tenía idea y que no quería volver a verla

“Patricius”Alessandro estaba eufórico. Ayer tarde, Rick y yo lo convencimos de que echara a Liz antes de hablar con Cat. Liz lo había estado llamando sin parar y pensamos que sería un problema. Rick le dijo que tenía que resolverlo antes de causarle más sufrimiento a Catarina. Al final acabó aceptando.Las hermanas de Rick dijeron que al final del día de hoy tendrían la respuesta que él quería, ya que fue el día en que la madre de Liz fue a la peluquería. Así que tuvimos que esperar. Hoy tenía mucho trabajo que hacer, por lo que el día pasaría rápido.Cuando vi a Cat sentada en su escritorio, me alegré mucho, se veía mucho mejor. Intercambié algunas palabras rápidas con ella y me fui a mi oficina. Pronto sonó el teléfono. Samantha me dijo que era el Dr. Flávio Moreno y me pidió que pasara la llamada.- Flávio, amigo mío, ¿cómo estás?-Hola, Patrick. Me siento un poco avergonzado por ti, hombre, el servicio que me pediste que hiciera tomó más tiempo del que pensaba. La chica es muy di

Sam entró corriendo en mi habitación y dijo:-Cat, tenemos que irnos. Patrício llamó y nos dijo que fuéramos rápidamente a su casa. Algo está pasando, todos están allí.-¡Qué extraño es todo esto! Me pareció que Patrício y Alencar actuaban de forma extraña. – comenté.- Yo también lo noté. Pero vamos, dijo que es urgente y que el conductor nos espera en el garaje.Cogí mi bolso y me fui con Sam. Denis estaba detrás de nosotros y parecía aún más tenso que de costumbre. Nos metió en el coche y se sentó en el asiento delantero, lo cual era inusual.Cuando salimos del estacionamiento del edificio, miré por la ventana y vi a esa mujer, Liz, en la entrada del edificio. Sentí un escalofrío por todo el cuerpo. ¿Que estaba pasando?Cuando llegamos a casa de Patrício me llevé un susto. Incluso las chicas estaban allí. Incluso Mari vía videoconferencia. Y parecía que todos estaban llorando. Mi cabeza daba vueltas, en pocos segundos pensé en las cosas más terribles, sentí que mis rodillas debilit