Dannielle: No podía contener el llanto, ambos me miraban como si fuese lo peor que les ha pasado. En este momento me odiaba a mi misma por haber pensado en que ellos me entenderían, pero no fue así, lo tomaron a mal y lo peor de todo es que creen que yo estaba jugando con ambos. —Lo lamento —dije— pero tenía que ser honesta conmigo misma y con ustedes —limpié el rastro de lágrimas de mi rostro—, ya no podía seguir guardando esto. —Dannielle, yo no se que decirte... Lo que dijiste hace un momento me ha dejado frío. —Y lo siento Gian —lo miré—, pero como les dije, estoy siendo honesta y quiero que sepan desde ya que no estaba jugando con ustedes, simplemente luche contra esto que estaba sintiendo —dije con rabia—, por más que me negaba a hacerlo, no podía soportarlo... Nigel, lamento tanto esto. Nigel no respondió, simplemente salió de mi departamento azotando con fuerza la puerta. Mi pecho se oprimió por que no fui capaz de detenerlo. Me sentía culpable de haber estropeado todo lo

Nigel: Entre al departamento y dejé el saco sobre el sofá, por el pasillo salió Mary usando una bata de seda color blanca, se acercó a mi y sonrió. —Hola mi amor —dijo ella— ¿Cómo te fue?—Bien linda, estoy un poco agotado.. Ella me dio un abrazo, pero luego se alejó y frunció el ceño, no de nuevo. —Hueles a perfume barato —murmuró— ¿Con quién estabas?—Con nadie Mary, vengo de la oficina muy agotado de tanto trabajar... —Estás evadiendo el tema Nigel —se alejó de mi molesta—, es obvio que hueles a perfume de mujer, barato por cierto, está impregnado en toda tu camisa, dime ¿la abrazaste? ¿La besaste?—Dios mio Mary, no puedo con esto... —negué. Comencé a caminar hacia la habitación ignorando sus gritos. Ya estaba agotado de tantas peleas por lo mismo, celos. No se en que momento nuestro matrimonio se convirtió en una guerra innecesaria por celos. Aún no lo comprendía, yo la amaba, amaba todo lo que era ella hace un tiempo, pero después que nos casamos ella comenzó a tener comp