14La potencia que irradia de él me hace jadear levemente, mientras Nathaniel se levanta de su asiento y se coloca al lado de Tobias. Lo miro rápidamente. Es tan alto como Tobias, pero no hay duda de que es un Alfa. Su cuerpo musculoso y su postura poderosa lo delatan. Tiene el cabello negro azabache, ondulado y desordenado, que cae justo por delante de sus orejas, y unos ojos azules profundos e impresionantes, como el océano. Vestido con unos jeans negros y una camisa gris desabotonada, es un espectáculo. Bajo la mirada rápidamente para no ofender, insegura de sus expectativas respecto al respeto entre lobos.—Alfa, te presento a Ivy. Ivy, este es el Alfa Nathaniel —me presenta Tobias, y levanto nuevamente la vista para encontrar esos ojos azules, sintiendo que mi aliento se detiene ligeramente.—Ivy, soy Nathaniel. Por favor, ven a sentarte.Su voz es profunda y resuena con fuerza. Siento que los vellos de la nuca se me erizan en respuesta. No consigo encontrar las palabras, así que
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