✧✧✧ En Garra Dorada, esa noche. ✧✧✧ Los lobos de Susurros Nocturnos invadían las fronteras enemigas con seguridad, estaban cegados por la conquista, llenos de furia y sed de venganza que les trasmitió su Alfa; ansiosos por devorar lo que no les pertenecía, por derramar sangre de lobos dorados y teñir de mortandad la manada que los atacó meses atrás. Guiados por la locura de su Alfa Malcon, cruzaron la frontera, uno tras otro, con los colmillos tensos y las garras listas. El primer grupo avanzaba confiado, demasiado confiado, hasta que uno de ellos pisó lo que no debía, una rama rota cubierta de símbolos antiguos que brillaron con una magia blanca que se activó. ¡ZIIIIIIZ! Un sonido agudo llenó el aire, y desde la tierra húmeda, las raíces brotaron con violencia como serpientes salvajes, se enroscaron en las patas del lobo, apretando con fuerza su cuello, su pecho, su lomo, lo inmovilizaron en un abrir y cerrar de ojos. —¡AAAAARGH! —rugió ese lobo de Susurros Nocturnos, reto