Saqué mi pistola y la presioné contra su frente. Sus ojos se abrieron como platos y me dio cuenta de que la había cagado. Tenía su vida en mis manos, y ella lo sabía.La empujé al suelo y trató de escapar, me resultó divertido verla arrastrarse hacia atrás sobre su trasero. Nunca hay que huir de un depredador. Nos encanta la cacería.—Rebel, detente —ignoré la voz mientras daba otro paso. La habitación estaba en un completo silencio. Un movimiento en falso y le volaría la puta cabeza.—¡Detente, Rebel, es una orden!—No —levanté la pistola y quité el seguro justo cuando alguien se interpuso frente a ella. Con mi dedo en el gatillo, solo hacía falta un apretón y la perra y el bastardo que me habían jodido la vida estarían muertos. Sería libre.Cuando sonó un disparo, salí de mis pensamientos y vi a Alessa de pie apuntando su arma al techo. Me miraba no con rabia ni lástima, sino con comprensión. Me quitó el arma de la mano y sentí que me desplomaba. Unos brazos fuertes me atraparon ante

—Suficiente, es demasiado asqueroso. Cuando mataste al tío Gianni, él no te contó todo. Estaba trabajando con alguien más para derribar a la familia Moretti —le digo mientras observo su rostro mientras escucha.—Este hombre ha ordenado asesinatos contra Rebel y Don Daniel. Se hicieron acusaciones sobre Daniel, las cuales desmentí. Así que envié a Rebel para protegerlo. Su contrato se activó anoche después de que la vieran con él. El hombre al que Rebel disparó hace cinco años... Su padre trabaja para el responsable de ambos contratos. También estaba involucrado con Gianni —me explicó Alessa. Yo solo me recosté y escuché. No me molesté en explicarlo todo, así que ella podía hacerlo.—¿Cuál es el nombre del hombre involucrado? —preguntó mi padre, y lo miré a él antes de mirar a mi madre.—Alonso Reyes. Sus perros son la familia Serrano. El hombre al que disparé era Guillermo Serrano, hijo de Patricio —Mi madre me miró sorprendida, pero mantuve su mirada mientras una lágrima caía de sus o

Punto de vista de LunaEsa pequeña zorra, ¿quién carajo se creía que era? ¿Cómo se atrevía a volver aquí y causar este alboroto? Todo era más fácil cuando no estaba. Ahora regresó, y con dos bombones. Deberían ser míos.Siempre me había atraído Diego, y sé que yo le atraía a él. Ahora ella aparecía reclamando tanto a él como a un maldito Don de la mafia. ¿Por qué? ¿Por qué el destino tenía que ser tan cruel? ¿Por qué no podía tener lo que ella tenía?Mamá y papá siempre hablaban de ella. Rebel esto, Rebel aquello. Dios, ya era exasperante. Debería haber muerto aquella noche, pero no lo hizo. Joder, debería haber muerto cuando tenía dieciséis años después de meterse esa coca adulterada, pero no. Rebel seguía viva. Pero no por mucho tiempo.Estaba harta de ser la segundona, de siempre ir después de ella, de vivir bajo su maldita sombra. Había trabajado demasiado duro para que ella simplemente regresara como si nada a mi familia. Siempre nos había culpado a Rodri y a mí por alejarla de nu

Punto de vista de RebelMe senté de nuevo mientras los miraba a los dos. Hubo un tiempo en que realmente los amaba. Quizás en algún lugar profundo de mi interior todavía lo hacía, pero ese sentimiento estaba bien encerrado. Mirándolos a ambos, habían envejecido tanto con los años. Se veían cansados, destrozados, consumidos por la culpa. Suspiré, sin que me gustara nada de esto.—El club, por supuesto, les dará a la abuela y al abuelo la mejor despedida que merecen. Haré todo lo que esté en mi poder para conseguirles justicia. Alonso Reyes y Patricio Serrano morirán de la forma más miserable. Puedo prometérselos ahora mismo. Lamento que esto les haya pasado —tomé aire mientras apartaba la mirada y sorbía para mantenerme entera, pero ese control se estaba desvaneciendo.—Rebel, mi pequeña princesa, sentimos mucho lo que te pasó mientras crecías. Nosotros tenemos la culpa de todo esto —levanté la mirada cuando cayó la primera lágrima, no por sus palabras, sino porque ya era demasiado.—Ya

Punto de vista de GuadañaSeguí a todos hacia el bar del club. Me acerqué a la barra y le pedí una cerveza al cantinero. Momentos después, la botella apareció frente a mí.—Entonces, ¿vas a contarme sobre esta relación? Considerando que estabas en un puto dilema antes. Y no me mientas, hijo —suspiré mientras miraba a mi padre, quien me observaba fijamente.—¿Podemos hablar de esto en otro momento, papá? No quiero que todos escuchen. Solo debes saber que es...—Complicado, sí, ya lo sé. Mira hijo, no me importa si eres gay, hetero, bi, lo que sea. Sigues siendo mi hijo y nosotros, tu madre, tu hermano pequeño y yo, te queremos. Sin importar qué —me dijo mientras apretaba mi hombro, y sentí ganas de llorar. Era un peso enorme que acababa de quitarme de encima.En este estilo de vida de los MC, se mira mal cualquier cosa que no sea estar con mujeres. Tenía tanto miedo de salir y decirle a alguien que me gustaban tanto hombres como mujeres. Rebel fue quien lo vio en mí y no se asustó. Al c