Capítulo 148 —La linea rojaNarrador:Eros se sentó, rígido, con la espalda recta y las manos sobre las piernas. Aclaró la garganta antes de hablar.—Es un honor, señor Adler… que me haya llamado.Roman soltó una carcajada breve, seca, pero real. Lo miró con la cabeza ladeada, como quien no sabe si reírse más… o apiadarse.—Vamos, Eros —dijo —¿en serio “señor Adler”? —con media sonrisa torcida —Hablábamos de música y tonterías cuando estaba en tu casa. ¿Y ahora vienes con esa formalidad?Eros parpadeó, entre avergonzado y aliviado. Sonrió, incómodo, y se rascó la nuca.—Perdón, es que... esto no es lo mismo.—No, no lo es —respondió Roman, sin perder el tono —Pero sigues siendo tú. Y eso es lo que necesito.Eros asintió, más relajado. Apoyó los antebrazos sobre la mesa y esperó.Roman se tomó un segundo. Lo observó, como quien mide cada reacción. Luego preguntó, con aparente ligereza:—¿Qué opinas de mi hija?Eros se quedó mudo. Abrió la boca, la cerró, tragó saliva, luego enderezó los
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