El Alfa estaba como paralizado, su rostro de asombro decía todo, nunca espero ver a su hijo en las tierras de su manada Luna de agua.—Hijo mío —dijo al fin, abrió los ojos y la expresión de su rostro cambio de inmediato de sorpresa a alegría —yo sabía que un día regresarías a perdóname.Uzziel puso sus manos delante de él, deteniendo su avance.—No te confundas Alfa Obedt, no estoy aquí porque lo he perdonado, estoy aquí porque usted me dijo que si un día necesitaba ayuda no dudará en venir aquí —dijo Uzziel muy serio y seco —lamento que se haga ilusiones, pero yo nunca lo voy a perdonar.La mirada del Alfa se torno triste, con dolor, no podía evitar que las palabras de su hijo lo estuviera lastimado.—Te entiendo, y comprendo que no puedas perdonarme —hizo una pausa mirando a quien lo acompañaba —Lyon es un gusto tenerte aquí en la manada.—Gracias Alfa, lamentó llegar sin avisar, pero Uzziel me dijo que usted estaría dispuesto en ayudarnos —replico Lyon.—Uzziel no se equivoca, per
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