Después de varios días en los que habían pasado penumbras y cambios drásticos de temperatura en el bosque con misterios asechándolos, Alfa Líder Malcolm y todos los que estaban bajo su protección estaban en las lindas del territorio de la manada Luna Creciente, finalmente en su destino.Los pinos que se habían mantenido cerrados en todo el área salvaje finalmente habrían un espacio amplio y abierto para dejarlos respirar profundo por primera vez.Clara quería mantenerse impasible, incluso buscó encontrarse siempre a un lado de Alfa Líder Malcolm, quería dar una impresión uniforme, fuerte y unida a su padre.Después de meses en los que no había podido verlo, sentía sus manos temblar ante la anticipación de traerle a casa finalmente lo que tenía años deseando.Un yerno que fuera capaz de darle estabilidad a la manada y a su reinado.Al llegar a la entrada de un enorme castillo con paredes levantadas en roca, inundadas de historia y guerras luchadas mucho tiempo antes, el Alfa Líder Emili

— ¡¡Aaaahhhh!! — Comenzó a gritar Clara justo después de cerrar puerta de su habitación con un estruendoso impacto — ¡Malditos, malditos, malditos todos!Aprieta las quijadas desesperada, con la respiración agitada.— ¡Maldita Oleika, maldito Malcolm, maldito mi padre! como si no fuera nadie como si fuera solamente una molestia así es como me mira…— ¡¡Aaarrgghh!! — en ese momento arrojó una un de las mesas que contenía un florero estrechándose agresivamente contra la pared.— ¡Siempre despreciándome, siempre ignorando mi presencia! ¡Mi existencia pero gracias a mí y solo a mí Alfa Líder Malcolm estar aquí a su lado! ¡Por mí porque existo!— grita ella. En ese momento tomó una de las espadas que tenía colocadas en la pared y comenzó a hacer varios movimientos de lucha de ataque, para desahogar cada milímetro de rabia.Minutos después arrojó la espalda.— No esto no servirá — dijo con tono nervioso— lo que tengo que hacer, es conquistar a Malcolm, tenerlo a mis pies justo como mi p

Clara estaba decidida a hacerlo lo mejor que pudiera, todos los días veía los entrenamientos de su hermano y después en medio del bosque en completa oscuridad y sobre todo sola, practicaba una y otra vez cada uno de los movimientos hasta que le salían de forma perfecta y limpia como indicaba el entrenador.— No seas tan duro — dijo el guerrero con una sonrisa hacia Franco— no lastimes a tu oponente mas de lo necesario— pero tampoco— dijo esta vez girando su rostro en dirección de esa pequeña niña de fuego que lo mantenía fascinado— no te dejes vencer.Clara solamente asintió con la cabeza sin distraerse, sin gastar energía en hablar, había escuchado al entrenador anterior decirle a su hermano que los sonidos y silencios también son ataques.La lucha dio comienzo, un impacto, dos de espada contra espada.Clara se movía de forma ágil como una bailarina en medio de una pista, en cambio Franco estaba dando golpes fuertes y bruscos utilizando la diferencia de fuerza a su favor.— Vamos prí

La princesa Clara llega a su habitación desesperada y frustrada tratando de contener todo el descontrol de emociones que le invade.— ¡Maldición!— gritó al mismo tiempo que arrojaba con toda su fuerza la puerta para que cerrara con un estruendoso ruido.— Odio sentirme tan vulnerable, odio ser siempre la comidilla y la pieza a utilizar por mi padre.— Su voz se sentía dolorosa, como si algo dentro de su pecho siguiera rompiéndose a pesar de sentir que sería imposible. Sentía tanta rabia consumirla, que su cabeza pensaba todo demasiado rápido.Sus emociones se iban sobreponiendo pero sin duda ella saldría victoriosa, como había hecho tantos años durante toda su vida, Clara cerró los ojos, respiró profundo y su rostro se volvió una máscara impenetrable.Dejando dos hoyos negros en lo que antes estaba su alma.Comenzó a caminar en dirección de una pequeña jarra de cristal, el líquido dentro era completamente transparente, ella extendió su mano, tomó la jarra suspirando resignada.— Esta

Oleika se deja acariciar porque a pesar de no querer aceptarlo necesitaba sentirse deseada, necesitada…Toda su vida era una serie de traiciones, mentiras y dolor.“ ¿Qué pasa si merezco otra cosa?” pensaba como si solo fuera una extraña luz detrás de la oscuridad de un pantano.— No te vayas— Le jadeó Malcolm sobre sus labios.Pum… pum… pum…El corazón de Oleika latía a punto de estallar.Las manos de ambos parecían demasiado pequeñas para consumir cada instante de la piel del otro.— Quiero que seas mía Oleika— Jadeo Malcolm— Necesito que lo seas, tatuaré mis besos y caricias en tu piel con fuego si es preciso…La mirada y todo el rostro de Malcolm le decían que hablaba en serio.Oleika sintió como su vientre se contraía ante sus palabras.— No puedo ignorar más, esto que siento por ti.Malcolm comenzó a besarla, paseando sus grandes y gruesas manos por todo su cabello sus pechos.— ¡Aaah! — Gritó Oleika en medio de la desesperación de no estar saciada, esa necesidad hormigueante