— ¿Qué haces por estos lados tan tarde? —preguntó Giovanni con las manos en los bolsillos, su tono era impasible.Tatiana se quedó sorprendida. Sabía que Giovanni era guapo, pero al estar tan cerca se dio cuenta de lo impresionante que era su apariencia. No pudo evitar mirarlo.El cuerpo de Tatiana comenzó a sentirse cálido, casi débil, al punto de tener que apoyarse en el marco de la puerta. Su corazón latía rápidamente.Al ser observada de esa manera, su pecho no pudo evitar moverse con cada respiración.— Señor Santoro... —dijo Tatiana, sonrojada, con una voz suave y coqueta, mirando a Giovanni brevemente antes de desviar la vista.— Todos somos adultos, ¿no deberías saber lo que vine a hacer aquí?— Ey, espera un momento —dijo Giovanni, con calma, antes de girarse y entrar en la habitación.Tatiana, por instinto, comenzó a seguirlo, pero apenas dio unos pasos, Giovanni se giró y le dijo fríamente:— Quédate en la puerta, por favor.Tatiana se quedó inmóvil, sin saber si avanzar o r
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