Jayden BowenApenas Margot me dice cuál es su segunda condición me tengo que obligar a apretar los labios para no reírme.Desde el momento en que ella me dijo que habría condiciones, ya me estaba imaginando de que esta sería una de esas. Sin embargo, no soy del tipo de hombre que necesite un acuerdo de por medio para poder estar con una mujer, así que esto nunca me preocupó. Pero como decía mi padre, es mejor prevenir que lamentar, así que prefiero aclarar mi punto.— Y yo no pienso poner el sexo como un condicionante, así que por eso no debes preocuparte, bella Margot. No me pasa por alto la sorpresa y luego el recelo que se filtra en sus ojos y no se si eso debe ofenderme o no, pero lo dejo pasar porque aún no he terminado.—Sin embargo, tampoco será una prohibición, porque, si de algo estoy seguro, es que tú y yo vamos a ensuciarnos un poco.Ver como el pecho de Margot sube y baja, afectado ante mis palabras, es de las mejores cosas que me han pasado en un tiempo. Y ¡joder! tendrí

MargotSheryl y Samantha me están mirando expectantes desde el sofá del apartamento, ellas querían ir a un café o un restaurante para encontrarnos, pero, teniendo en cuenta la delicadeza de lo que les voy a contar, preferí que fuera dentro de la privacidad de mi hogar y, por supuesto, con Juls como testigo por si deciden matarme."Ambas me miran sosteniendo sus tazas de café como si estuvieran en un partido de tenis, mientras que yo me muevo nerviosa de un lado a otro de mi apartamento. He pasado los dos últimos días pensado que diré a papá que justifique que me ire de viaje por unos días y como iba a manejar el periódico, fue ahí que recordé la encerrona que mis hermanas me hicieron hace ya casi una semana y espero utilizar su discurso de “cuentas con nosotras” como respaldo en esta conversación.—Entoooonces, ¿piensas hablar en algún momento?— Esa es Samantha hablando y puedo ver como Sheryl le codea sutilmente las costillas haciendo que Sam ponga una mueca de dolor en su rostro.—

Jayden BowenEl día del juicio llegó. Hace tiempo no sentía tanta ansiedad como la que estoy sintiendo en estos momentos. Desde el último encuentro que tuve con Margot han pasado un montón de cosas que me hicieron imposible volver a reunirme con ella. Para empezar, Vanessa, es decir la prometida soñada que mi madre quiere para mí, se presentó en la puerta de mi casa el mismo día que vi a la sexy pelirroja, por lo que me vi obligado a tener una molesta e incómoda conversación, en la que le deje muy en claro que no tengo ninguna intención de casarme con ella, y para hacerlo más firme le hablé de Margot, lo que me lleva a la segunda situación que me mantuvo alejado de la pelirroja: Mi madre.Nada más Vanessa salir de mi apartamento y desaparecer de mi vista, mi celular empezó a reventar con llamadas de mi madre que una a una ignoré hasta acumular un módico monto de ocho llamadas, hasta que finalmente me envió un mensaje, o más bien amenaza, en el que decía que si no contestaba la tendría

MargotLa sorpresa me tiene mirado a Jayden con la boca tan abierta que creo que incluso debería sentir vergüenza, pero es que no tengo mente para pensar en nada más que no sea la palabra duque y realeza, juntas en una misma oración. Una parte de mi quiere echarse a reír y creer que todo se trata de una broma de mal gusto de su parte, pero nada más hay que ver su expresión, compungida y nerviosa, para saber qué está hablando en serio. Eso, sumado al hecho de que ha estado pensativo y nervioso toda la mañana me lo confirma. OH POR DIOS. OH POR DIOS.—¡Me estás jodiendo!— Creo que pude haber gritado, bueno, más bien estoy muy segura de que acabo de gritar en plena cafetería del aeropuerto, pero es que en realidad no lo puedo creer. ¿Duques? ni siquiera sabía que seguian usando ese título. Bueno sí lo sabía pero no pensé tener nunca cercanía con uno y en mi defensa ¡mis raíces no son inglesas!Veo como el rostro de Jayden se relaja y muy contraria a su expresión nerviosa, ahora una so

MargotHabía creído que tenía la situación controlada, que al fin y al cabo fingir una relación no podía ser nada del otro mundo, sin embargo, saber que me enfrento no solo a una madre exigente y con tendencias del siglo pasado, sino que además voy a tener que aguantarme a un expolvo tóxico hacen que me den ganas de pedir mucho más de lo que me están dando por ser parte de esta locura.Pero otra parte de mi, una que realmente no comprendo, o me asusta intentar comprender, se siente totalmente indignada en nombre del sexy hombre de ojos de primavera y quiere venganza, o al menos hacerles pasar un muy mal rato a las dos víboras, entre esas mi falsa suegra. Debo encontrar la manera de conseguirlo sin descuidar mi plan que es hacer insufribles los días de Jayden alias Jay Jay.Oh, nunca pensé que sería tan sencillo hacerlo irritar, pero el mote ridículo parece que dio en el clavo, porque su rostro indignado cuando se lo digo es propio de un cuadro. Aunque visto así todo él lo es y yo ser