"Samantha"Después del café con Manu volví a trabajar y acabé siendo sorprendida. No esperaba la visita que recibí en la empresa al final del día. Estaba finalizando un informe y mi teléfono sonó sobre el escritorio, era la recepcionista informándome que había una persona en el vestíbulo del edificio insistiendo mucho en que quería hablar conmigo.Me estaba preguntando qué hice para merecer tanto acoso en mi vida. Sería mejor librarme de este de una vez, antes de que se convirtiera en una mala hierba que, por más que la arranquemos, sigue insistiendo en brotar en el jardín. Informé a la recepcionista que bajaría para atender a mi visitante, pero que su entrada al edificio no estaba autorizada. Así lo hice.Llegué al vestíbulo y vi a la mujer sentada en uno de los sillones en la esquina alejada de la recepción. Era una de esas mujeres que de lejos uno percibe que no son más que oportunistas descaradas. Llevaba un vestido blanco de una tela fina que quedaba un poco transparente. Era d

"Samantha"—No me está gustando esto, Vini —comenté mirando alrededor y no viendo ni señal de Ivy—. ¿Por qué Ivy se alejaría de la fiesta? Me parece muy extraño.—Yo tampoco lo entiendo, Sami, pero no quiero alarmar a nadie. No debería ser tan difícil encontrar a una mujer vestida de verde limón —comentó Vini.—Vamos a echar un vistazo a los alrededores, quizás salió a tomar aire —sugerí, aunque no estaba muy convencida, pero, al igual que Vini, no quería causar alarma innecesariamente.—Ojalá sea eso —Vini parecía muy preocupado y hasta angustiado.—¿Qué pasa, Vini? —pregunté extrañada por su actitud.—No sé, Sami... —se puso la mano en la nuca—. ¿Será que está huyendo de mí?—¿Y por qué huiría de ti? —encontré extraño aquello.—¿Por qué no lo haría? Quién sabe, tal vez espanto a las mujeres. Mi ex novia terminó conmigo faltando un mes para la boda —Vini tenía miedo de ser rechazado de nuevo. Qué daño le hizo esa zorra en su corazón.—Vinícius, ¿quieres que llame a Érica y Em

"Heitor"Esta situación con Reinaldo ya estaba sobrepasando todos los límites. Fue demasiado lejos al intentar violar a la chica en la fiesta de cumpleaños de su propio nieto. Eso fue la gota que colmó el vaso para Edu. Mi cuñado estaba furioso y con toda razón, al igual que mi sobrino. En cuanto a mi hermana, estaba muy afectada porque esa situación hubiera ocurrido dentro de su casa y al día siguiente llamó al paisajista y mandó destruir el jardín escondido para reconstruirlo totalmente abierto.Al día siguiente de la fiesta, hicimos una visita a la familia de Ivy, tratando de disculparnos por toda la mierda de Reinaldo. Afortunadamente era una familia muy íntegra y de una gentileza incomparable. Estaban muy agradecidos con Sami y Vini por haber buscado y cuidado de Ivy, evitando lo peor.Ivy fue muy valiente y registró la denuncia con abundancia de detalles y Edu entregó las grabaciones de las cámaras de seguridad. Para nuestra suerte, el padre de Ivy es hermano de un juez, y con

"Samantha"Le enumeré a él cada una de las personas y se alarmó. Me pidió que reuniera a todos en la sala. Salí corriendo nuevamente. Encontré a mi madre sintiéndose mal en la habitación y le pedí a Joaquim que la llevara a la sala. Encontré a Hebe y Haydèe juntas y grité a Heitor y los muchachos que vinieran a ayudarme con ellas que parecían más débiles. Y encontré a Patricio vomitando en el baño.—Necesitamos ir ahora al hospital. Fueron envenenados —dijo Álvaro visiblemente preocupado—. Vamos, vamos a ponerlos en dos autos. Yo iré en uno y Vinícius en otro, así podemos monitorearlos. Joaquim, tú conducirás uno y Alessandro el otro. Sami, tú quédate con los chicos, no es bueno en tu estado ir al hospital con esta agitación. Enzo, vigílala, pídele un té para que se calme y si sigue nerviosa, llámame.Álvaro daba órdenes como un verdadero comandante. Pero rápidamente organizó todo y se fueron al hospital. Me darían noticias, pero yo no podía dejar de llorar. Nos quedamos en la casa

"Heitor"Regresamos de la casa de playa al final de la tarde del domingo. Afortunadamente todos se habían recuperado bien y aquello ya era solo una pesadilla. Pero los días por delante prometían ser bastante agitados. Para empeorar mi humor, Sami pospuso la boda y no hubo discusión, aunque hasta entendía el motivo.Apenas habíamos llegado y Flavio me llamó con una noticia que perturbaría a Sami. Rómulo había salido de la cárcel. Eso me estresó aún más. Todavía no sabían quién compró los bombones ni en qué tienda, porque el repartidor no era empleado de la tienda. Así, tendrían que ver todas las imágenes de seguridad que las tiendas de la marca de chocolates proporcionaron, lo que llevaría tiempo. Y como si no bastara, Reinaldo aún no había sido encontrado.—Vaya, Flavio, ¿pero será que no tienes ni una buena noticia que darme? —pregunté.—De hecho sí. Como te dije, puse a dos policías de civil de guardia en la prisión. Cuando Rómulo salió lo siguieron y están vigilándolo. Así que s