"Anderson"No podía negar que me había muerto de celos de la fierecita. Ese chico era un idiota, pero tenía su edad, nadie cuestionaría si salieran, y era del tipo que las chicas encuentran guapito. Pero la fierecita como siempre tenía la respuesta, fue hasta allá y lo puso en su lugar, que era bien lejos de ella. Y todavía dijo que tenía novio, esa atrevidita era imposible.Pero lo que quería en verdad era haberle dado un beso, ahí en medio de ese salón, para que todos supieran que el novio era yo, o al menos esperaba que lo fuera. Solo que no podía hacer eso, porque todavía no era su novio, aunque sentía que era de ella, pero también porque necesitaba preservarla de la maldad de esos adolescentes que parecían perder mucho tiempo pensando en formas de fastidiar a los compañeros.Y mientras manejaba a su casa solo pensaba en detener el carro y darle un beso, porque ya no tenía paz, solo pensaba en besarla, estaba ansioso por eso, aun sabiendo que necesitaba tener calma. Quería volve
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