— Es simple, no saldrás de aquí y no vas a volver a ver a Bastian nunca más, prepárate para pasar el resto de tus días encerrada en este calabozo Aitana. — Respondió él y la barbilla de Aitana empezó a temblar descontroladamente, mientras de sus ojos comenzaban a caer las lágrimas.Que no le permitiera ver a su hijo era el dolor más grande que él podría provocarle, ya no tenía dudas de que Dominic realmente quería hacerla pedazos, pero ella no podía resignarse a que él la mantuviera alejada de su hijo por el resto de su vida. — No por favor, no me hagas esto, Bastian me necesita, yo soy su madre, no puedes quitarle esto por algo que ni siquiera hice, por una maldita trampa, escúchame y no lo alejes de mí, no por mí, hazlo por Bastian. — Sollozó Aitana desesperada, pensar en pasar el resto de su vida aquí sin poder estar con Bastian ni con el bebé que esperaba era desgarrador. No creía poder soportarlo, por mucho tiempo había querido ver lo bueno de la vida, pero sabiendo

Pero al ver a Liam que traía dos manzanas en una mano y una botella de agua en la otra, se relajó. —¿Cómo estás? Traje esto para ti. — Espetó él, extendiendo las manos hacia ella por el espacio entre los barrotes y Aitana frunciendo el ceño, se levantó de la cama con gran esfuerzo. Liam se sorprendió al descubrir lo pálida que estaba y lo mal que se veía y sintió un nudo en el estómago por lo que sabía que había venido a pedirle. —Gracias, pero, ¿Por qué me estás dando esto? — Inquirió Aitana al tomarlos, había entendido por las malas que nadie te ayudaba sin ninguna razón y esto no era algo que le darían como comida. Ya la comida del día se la habían dado y después de eso no le daban nada más. —Porque Dinora vendrá a verte en unos minutos y quiero que por favor le digas que se vaya, yo de igual manera no la dejaré entrar a la celda, pero déjale claro que no la quieres ver de nuevo, yo no la pude convencer y cuando le dije que estabas encerrada incluso quería hablar con e

Aitana podía sentir su cuerpo cada vez más tembloroso y preocupada por lo mal que se sentía, estaba deseando con todas sus fuerzas que Dominic se diera cuenta de su error y viniera a sacarla de aquí. Está era su única esperanza, sentía que no tenía otra forma de salir de esto. —Diosa Luna por favor hazlo entender que yo no soy culpable de nada rápido o dame alguna manera de salir de aquí, porque no estoy segura de cuánto más mi cuerpo aguantará. — Susurró Aitana desesperada y cuando escuchó unos pasos acercándose volteó a mirar quién era, queriendo creer que sus suplicas habían sido escuchadas. Sin embargo esa pequeña esperanza fue destrozada de inmediato cuando vio a Verónica y a Ana junto con uno de los guardias y aunque no entendía el por que él había bajado hasta aquí con ellas, cuando lo vio abrir la puerta de su celda sintió que un escalofrío la recorría. —Entren de una vez. — Ordenó el guardia y el corazón de Aitana se apretó. Podía sentir que el peligro, esto no era

—Mi Alfa, hay un cuerpo de una mujer en el suelo, se ve muy mal, no estoy seguro si esta muerta. — Explicó el chófer mirando fijamente hacia el frente con el ceño fruncido. — No sé si deba bajarme a ayudar o rodearla, porque esto puede ser una trampa.—No creo que sea una trampa, si lo fuera nos habrían atacado en el momento en que frenaste. — Dijo Jacob antes de bajarse del auto y Simón lo siguió. El chófer también bajó, mirando a todas partes para asegurarse de que nadie más apareciera. Jacob se sorprendió al ver lo mal que ella se veía y se acercó rápidamente, pero al reconocer ese aroma su cuerpo se tensó y al tomar a la mujer en brazos su corazón se apretó con fuerza, se dio cuenta que era Aitana, pese a los golpes y la sangre, él la reconoció de inmediato y le dolió ver que estaba muy herida, su rostro estaba sangrando y tenía moretones por todas partes, pero al menos seguía respirando. «¿Quién pudo atreverse a hacerle esto? ¿Cómo es que Dominic lo permitió siendo tan po

En la manada Luna de sangre, Aitana abrió los ojos confundida, sintiendo cada parte de su cuerpo demasiado adolorida y pesada, pero al mirar a su alrededor se tensó, dándose cuenta que no reconocía está habitación ni sabía dónde estaba, pero sabía que no estaba en la manada de Dominic. «¿Dónde estoy? ¿Cómo es que llegué aquí?» Se preguntó confundida, pero entonces los recuerdos la golpearon como una bola de demolición dejándola sin aliento y haciendo que su corazón doliera. Tenía una loba, Nia, quién parecía ser realmente poderosa, pero también cruel y tenaz, ella había aparecido finalmente para salvarla y tomó el control total de su cuerpo, sin embargo cuando logró salir de la celda le había pedido ir por Bastian, pero Nia se negó, alegando que era muy peligroso huir con el pequeño, más cuando no sabían ni a dónde ir a buscar ayuda, además de que las dos estaban muy débiles y no había tiempo y aunque Aitana se negó a irse sin su hijo, no pudo hacer nada ya que no pudo retomar el